PREGON DE SEMANA SANTA –2.009
Pregonero: D. José Ramírez Rodríguez.
Cortes de la Frontera , 3 de abril de 2.009.
¡Dios te salve Madre y Reina!
Nardo de Dios cortesano,
dame verdad de escribano,
cambia mi boca en bocina
y que sepa en cada esquina
proclamar como una alhaja
la historia en que se rebaja
todo un Dios en cruz y humano.
Morena, dame la mano,
Porque el cielo por ti baja.
Por los vocablos que tengo
Ve destilando dulzura
para que el agua más pura
que llevas en tu abolengo
pueda en boca de tu siervo
donar el arte y el duende
con que este pueblo te entiende.
Encarnación del Amor
Tu, la esclava del Señor.
¡lo que tu hermandad pretende!
Hoy pongo en ti la balanza,
e imploro Piedad por todos
porque ya no haya otros modos
que vivir en tu esperanza
¡Dios te salve! Es la alabanza;
de tu hermandad de pasión
que busca en la exaltación
de una Semana tan Santa
ver como el pueblo levanta
por Cristo su devoción.
¡Dios te salve! Te imploramos
tus hijos desde el destierro
por este valle de yerro
por el que ahora pasamos.
Y porque todos te amamos
vuelve a nosotros tus ojos
limpiándonos los despojos
que impiden darnos las manos.
Hoy queremos ser hermanos
y aquí nos tienes, de hinojos.
Rvdo. Sr. Cura Párroco,
Excmo. Sr. Alcalde,
Ilmo. Sr. Hermano Mayor de la Hermandad de Jesús en su Pasión y María Santísima de los Dolores,
Junta de Gobierno de la Hermandad,
Ilmo. Sr. Hermano Mayor de la Hermandad de Nuestro Señor Ecce-Homo, Cristo de la Buena Muerte y Ntra. Sra. del Buen Amor,
Dignísimas Autoridades,
Queridos compañeros que me alentáis con vuestra presencia,
Cofrades de Cortes,
Señoras y señores.
Sean mis primeras palabras de agradecimiento a mi predecesor por los inmerecidos y excesivos elogios a mi persona, movido más bien por su gran corazón que por mis propios méritos. Gracias Paco.
De igual forma he de agradecer a todos los miembros de la Junta de gobierno de mi Hermandad la confianza que han depositado en mí.
Aunque siento que me habéis concedido una responsabilidad desproporcionada a mis cualidades, que suponéis que han de captar los aromas y fragancias en este jardín de sentimientos, donde el arte y la sinfonía son esencias de nuestra fe. Acepto el reto desde mi debilidad, aunque encuentre dificultades para el entendimiento, y asumo gustoso el deber de hacer lo que pueda.
Gracias a mi familia que tanto me ayuda y anima.
Gracias a mi amigo Paco Remesal que me puso en contacto con el Rvdo. Padre Felipe Ortuño Marchante, verdadero artífice de este Pregón Semanasantero.
Gracias a todos ustedes por permitirme compartir estos momentos, que llore con vosotros y el privilegio sublime de rezar con vuestra fe y esperar con vuestra esperanza.
No poseo ningún don especial que me haga merecedor de tan alto privilegio como es proclamar aquí, en mi Parroquia, el mas grande de los misterios, No gozo yo de la gracia de expresar lo que se lleva tan dentro y tan hondo en el alma. No puedo ostentar saber alguno que vaya más allá del desnudo peatón que busca por las calles, que rastrea por cada una de las esquinas. Mi saber es casi nada en un pueblo que lo tiene todo. Y entre las muchas bellezas que le adornan, se encuentra la reina de todas, la Semana Santa. La estética ennoblecida a categoría sacra, la sacralidad hecha belleza a la intemperie y todo un cúmulo de sentimientos paseando por los insólitos y sabrosos rincones de Cortes.
Me presento como lazarillo incauto queriendo guiar a un pueblo por el camino secular de su tradición. Aquí se puede invertir el papel para ser guiado por las sensaciones que se han ido adhiriendo a mi piel. Indultad mi atrevimiento, por si en algo ofenda, ser perdonado en lo mucho que amo a mi pueblo, parte de mis entrañas.
De niño recibí de mis padres el don de la fe. Hoy me aferro a ella como el único e indestructible pilar de mi ser.
Pero le tengo miedo a la fe, a esa conciencia limpia que emerge de un cuerpo pecador; miedo a la verdad en un mundo de mentira, falacia y teatro; miedo a perder la prudencia, como un día la perdieron los viejos profetas de la historia; o miedo a tenerla excesiva para acallar lo que grita el alma o supuran las heridas.
Quisiera ser poeta de verdad, poseer corazón guerrero y alas de águila para fajarme a las cumbres y prender fuego al corazón del mundo, herirlo en su centro hasta que surgiera un manantial infinito de amor incontenible, de tierra y alma, de barro y luz, de sangre y agua, como aquella vez, recordadlo, lo hizo un carpintero en lo alto de una cruz… extendiendo sus brazos y atrayendo a todos hacia sí.
PENITENTE
Antes de pasar al tramo
de tu antigua cofradía,
déjame, porque te amo,
contrastar tu fe y la mía.
y así juntos, si lo sientes,
rezar el avemaría.
Le pregunto al penitente,
que va delante del Paso,
si tiene paso coherente
en su vida paso a paso,
siendo en todo caballero,
sin terciopelo ni raso.
Porque el rezo que en esmero
se reza por Viernes Santo
no quede tan cicatero
recogido en ese encanto
que nos lleva al cumpli-miento
y nos deja sin el santo.
Y si quieres que tu llanto
sea por Cristo practicante,
recela en tanto en cuanto
te miren tan expectantes
expertos procesioneros
de portes significantes.
Gime y llora zalamero
siendo Judas con tu beso
si no te importa el Cordero.
Y Dios quiera, si profeso,
que para ser penitente
yo quiero ser verdadero.
Permitidme ahora un grito de amor en nombre de tantos hermanos que me lo han pedido, de todos aquellos que reclaman más verdad en nuestras hermandades, más evangelio y menos subterfugio para que no sirvan de abrigo a los trepadores. Que la hermandad no se constituya en una plataforma social donde la religión sea la excusa perfecta para ínfulas egoístas de falsas intenciones. Que desaparezcan los lobos disfrazados de corderos que escalan tribunas aplastando con sus lenguas traidoras y correveidiles el respeto más sagrado de los hermanos. Que despejen el camino los chivatos y cuentistas oficiales, los indeseables monigotes del teatro social que adoran al dios del vientre y se emocionan con la estética de la superficialidad. Que la Junta de gobierno sirva primero y gane por la credibilidad de sus actos más que por el dominio de las palabras. Que la bota del poder o el tintineo dorado nunca aplaste y obnubile la libertad de los hijos de Dios, y jamás vuelva a tasarse en treinta monedas el beso de la traición. Que los besos y abrazos no se prodiguen tanto en los escaparates sociales; a no ser que sean sinceros luego en la cautela del corazón. Que se troquele en el alma cofrade la verdad de los sentimientos y las emociones, que se marque con el fuego del Espíritu las palabras que se profesan para que todo aquello por lo que se vive se traduzca en la nitidez de la transparencia y en la única verdad de Jesucristo, Nuestro Señor.
Pido al Señor de la vida,
que mi lengua dé razón
poniéndole el corazón
al trago de esta bebida;
que pueda tener cabida
el autentico cristiano
que quiere desde su mano
ofrecerse a la hermandad
haciendo con la verdad
a nuestro Dios mas humano.
Pero en las calles de Cortes florece la primavera mística, la semilla escondida de los hogares, las oraciones desgranadas, las promesas ofrecidas, las lágrimas del silencio, la palabra sentida, desgarro y gozo, tanta pasión y mucha verdad.
Sus calles se trasforman en un jardín de dolores y delicias, llagas embriagadoras que en una permanente paradoja conjugan vida y muerte en requiebros de asombrosa belleza, cargando sobre sus hombros el sentir y el peso de Dios en el varal de su historia.
Hombres curtidos, forjados por el peso de la lucha, llorando; madres ajadas de haberse derramado por completo en lágrima viva; corazones rotos con miradas alzadas; jóvenes transidos en emoción contenida; niños peregrinando por ese caudal de las emociones que apenas tocan… Tantas manos impotentes, tantos ojos cristalinos, tanta debilidad entregada por estas calles y plazas de penitentes anónimos, queriendo arrancarle un sentido a cada brizna de su existencia. Este es Cortes y la Semana Santa que siento, este es el latido del pueblo que reza.
LA POLLINICA
Comienza el Evangelio de Cortes por la calle Laga, Higueretas Avda. de los Naranjos… y las conciencias limpias de los niños abren el índigo sendero de los Cielos.
Cosquillean los ramos el corazón cofrade, como un bosque mágico de caprichosos rizos, movido por la brisa de la inocencia infantil.
"Dejad que los niños se acerquen" y acaricien el suave pelo de Platera, "sobre la que nadie ha montado aún", porque ellos han sabido ver el momento en que Dios ha venido a salvar ¡Hosanna al Hijo de David!
Que este burro quiere andar
a merced de lo que diga
este Santísimo Auriga,
aunque le hayan de matar.
Ya lo tuvo que llevar
a Egipto su bisabuelo,
por culpa de un reyezuelo,
parecido al actual.
Y este quiere ser igual,
Si le sirve de consuelo.
Los acordes de nuestra entrañable banda de tambores y cornetas, compuesta en gran medida por niños, de la mano de Juan Antonio Pérez González son otra forma de cantar "Hosanna al Hijo de David".
Y qué decir de la bendición de los Ramos a la entrada de la Procesión.
El Espíritu del Señor resopló con fuerza cuando la Junta de Gobierno de la Hermandad decidió hacerlo de esta forma.
Liturgia y Religiosidad estrechamente unidas. La Acción Salvadora de Dios y su Palabra y el sentimiento de gratitud y acogida del hombre abrazados en profundo y sentido sacramento de comunión para entrar gozosos en la Jerusalén del Cielo.
Ruego al Señor que todos sepamos verle en el lenguaje de los signos y nunca nadie cabalgue sobre el caballo de la soberbia aplastante sino sobre la humildad y la compasión.
MIERCOLES SANTO
Aquí estamos, con el varón de dolores, colmado de injurias, azotado por desprecios, rey de risas, rey distinto. ¿Quién podrá salir con esperanza de una tortura? ¿Qué fin puede llegar a justificar estos medios? ¿Podrá algún motivo secular, jurídico o religioso aplicar este infierno? He ahí el límite del derecho expiatorio con castigo disuasivo. Porque no será el talión el que restablezca el orden cósmico, sino el amor del perdón y del Cristo-Hombre ofrecido.
Ninguna religión tiene un torturado en el centro, porque es molesto para la digestión tener atado a Dios en nuestros sufrimientos y en nuestra culpabilidad. ¿Habláis de ser solidarios? Helo aquí, en ese despojamiento de miseria profunda enlazada a la nuestra. Por eso "descendió a los infiernos", para llevar la salvación allá donde existen todavía, para llevar la esperanza a la bajeza destrozada de la humanidad y refutar todas las injusticias hechas a los amordazados de la tierra.
Entregaron a Jesús
para el castigo,
los azotes removieron
sus entrañas,
más por la pena
que por tanta saña
que pusieran los guardias
al fustigo.
Le fueron triturando
como el trigo;
así recolectaron los frutos
de su pena,
y en sádica burla
firmaron su condena
ultrajes, golpes,
salivazos y martillo…
Y tapando sus ojos,
Un falso lazarillo
preguntaba -¿Quién es?-
en chanza de verbena.
Se aglutinan en mi mente infinidad de recuerdos de esta procesión, la mas larga de Nuestra Semana Santa, desde que D. Alfonso Rosales propusiera su paso por la calle Toledillo. Personas que nunca faltaron a esta cita: Pedro Villanueva Rodríguez, mi primo José Ramírez, Pecino, Ceferino, Jacinto, Pedro y Miguel, Alonso y Diego y tantos y tantos… detrás con la Virgen los Hermanos Domínguez Oriols y yo desde muy pequeño vestido de nazareno y con un cirio de madera, mucho más grande que yo, que en lugar de la llama de una vela llevaba una lamparita que la imitaba.
Y que decir de nuestra entrañable banda de Música, recuerdo con admiración y cariño como, a pesar de todas las dificultades que le llevaron a su desaparición, allá por los primeros años de la década de los sesenta, espontáneamente un pequeño grupo de músicos pedían prestados al Ayuntamiento aquellos instrumentos, que permanecían almacenados, para acompañar a nuestras imágenes en sus salidas procesionales. Por lo que los acordes de la marcha "Nuestro Padre Jesús" magistralmente interpretada más con el corazón que con los medios de que disponían siempre acompañaron a nuestros titulares. Aún tengo en mi mente la imagen de los componentes de este pequeño grupo, pero silenciaré sus nombres por miedo a olvidar alguno.
Mi más profundo agradecimiento a todos ellos.
Como vemos nuestra querida Banda de Música y la Hermandad siempre han ido de la mano, y estos lazos aún se han fortalecido más con el nombramiento de esta como Hermano Mayor Honorario en el año dos mil tres de nuestro Señor.
JUEVES SANTO
Comenzamos con la conmemoración de la Cena del Señor. Jesús en sus últimos momentos, tiene dos gestos de amor infinito que resumen de alguna forma su estilo de vida a la vez que nos indica cual ha de ser el nuestro: La entrega al hermano desde el servicio.
No puedo resistirme a plasmar aquí un fragmento de la homilía que en este día pronunció nuestro Vicario, amigo y hermano D. José Emilio Cabra Meléndez:
"Tener amigos es uno de las mayores alegrías que puede regalarnos Dios. Saber que hay personas con quienes compartes lo que eres, que te conocen, te comprenden y te aceptan, que te quieren sin condiciones; amigos en quienes te apoyas y que se apoyan en ti, que discuten contigo sin que eso enturbie lo que tenéis en común; alguien con quien puedes llorar y con quien, sobre todo, puedes reír... es, sí, un regalo de Dios. La vida sin amigos se vuelve fría. La amistad le da otro color.
Reconozco que hay un momento en que me habría gustado ser uno de los doce apóstoles: aquella noche, en la última cena, cuando Jesús les dice "a vosotros os llamo amigos".
Jesús quería a sus amigos...
Hermanos acudamos a celebrar juntos, sentados a la misma mesa, como verdaderos amigos.
Es la Cena del Señor
memorial celebrativo
e institución panadera
en que la cruz de madera
transustancia el pan festivo.
Y es el Banquete Divino
donde el buen trago de vino
trasiega por vez primera
al Cordero que te espera
siempre que vas de camino.
También es Acción de Gracias
a Dios por la redención
del pecado y contumacia,
pues el hombre nunca sacia
la savia de salvación.
Del Señor es la Alabanza,
recuerdo y Fracción del Pan
de ese modo en que se dan
compartiendo en añoranza
semejante en semejanza.
¡Oh Sagrado Sacrificio!
que actualizando la ofrenda
de Cristo por este Oficio,
Dios mismo se vuelve prenda
salvándonos del suplicio.
Santísimo Sacramento,
especies que en el Sagrario
van recibiendo en rosario
todo el dolor y el lamento
que hay en cualquier Santuario.
Santa Misa y Comunión
en la misma Cena unida,
pues cualquier celebración
de Asamblea redimida
es de su Iglesia expresión.
Bendito del cielo es Pan
y Ángel de Dios en la boca,
Viático es cuando toca
ver los ojos que vio Adán.
¡Salvado es quien lo invoca!
Es de comida unidad
y vínculo de caridad
en un mundo dividido;
y por prenda es tenido
el pan, de inmortalidad.
Memorial es del Señor
y en la mesa dos nutrientes:
Pan y Vino, suficientes
manjares para el amor
en la fe de los creyentes.
Tabor- cumbre de mi vida,
y encuentro transformador
donde se cura la herida
y emana sangre el amor.
¡Bendita la vida en flor!
¡Oh Sagrada Eucaristía!
sacramento y caridad,
fuente y meta de bondad.
"Hacedlo en memoria mía"
si actualiza la verdad.
Que el sacramento especial
Dos signos tiene esenciales:
Primero el trigo candeal
Junto a la vid, manantiales
Del cuerpo transustancial.
Es mesa, palabra y casa,
es de alabanza el encuentro,
y del ministro es su centro
cuando el corazón le abrasa
con una pena muy dentro.
Para aguantar el camino
y mantener la ilusión
no hay mejor cosa que el vino;
me lo dijo un peregrino
que tuvo en él adicción.
Y fue que, por él, soñó
con otro fruto del cielo
mudándosele en anhelo
su nuevo andar para Dios
que le convirtió el trasiego.
TRES CAIDAS
Ya hemos visto como se ensaña la gran comedia de la vida con los profetas. La farsa y la mentira se adueñan del pueblo que a su vez se desahoga con el pobre, descargando su propia frustración e imitando a sus jefes. Este es el chivo expiatorio que ha de cargar con las cruces de todas las condenas.
La imagen de Jesús con la cruz a cuestas de manos sarmentosas y a su vez delicadas tiene una seducción especial. Su humilde mirada, su abatimiento, ese torrente de cuerpo queriendo llegar a nosotros ha calado en el recóndito estremecimiento de los sencillos. Ese caminar divino con la cruz atrae sobre sí tanta compasión cuanto reclaman, en ese diálogo estético de oraciones silenciosas o saetas por el aire.
En la Alameda ¡Mare mía!
tres gritos el cielo ha dado
tres golpes de yunque roto,
martinete inmaculado.
Y aquel que en Belén naciera
y que fuera tan rosado
se ha vuelto moreno y triste
sobre un camino arrojado.
Tres lágrimas dolorosas
de amargo sabor salado
han navegado hasta Dios
con misteriosos encargos.
¡Que dolor sin asideros
para una Madre en su entraña!
Bendice tu a este cortejo,
manto de fe que acompaña.
VIERNES SANTO
Comenzamos este día, con la hora santa. A la una de la madrugada queremos acompañarte en tu oración en Getsemaní, participamos de tu tristeza y angustia y queremos velar contigo queriendo desagraviarte por las veces que dormitamos y languidecemos.
Y al amanecer el Vía-Crucis.
En el que revivimos todos y cada uno de los momentos de tu Pasión. Momento intenso de oración emocionada donde tu pueblo quiere acompañarte por la Via Dolorosa.
EL CRUCIFICADO
La serpiente levantada
que curó la mordedura
ya luce nueva escultura
y en un árbol va elevada
con sangre de Dios mojada
madero de Salvación.
Ya está pronta aquella unción
que selló la nueva vida
con la sublime subida
de Cristo en su Exaltación.
Ya es nueva la creación
cuando en un fruto se ha dado
el mismo que lo ha creado
en la pura Concepción.
Son las doce en punto cuando los acordes del Himno Nacional anuncian la salida de Cristo Crucificado, detrás le sigue Maria Magdalena, Las Angustias, San Juan y cerrando el cortejo, como siempre María Santísima de los Dolores. En mi cabeza resuenan con tanta intensidad las palabras con las que mis predecesores describieron o mejor retrataron magistralmente este precioso momento, que podría reproducirlas.
Como homenaje agradecido a todos y el recuerdo emocionado al primer pregonero de nuestra Semana Santa D. Mariano Sánchez Rodríguez, he querido componer este fragmento con unas frases de algunos de ellos:
De esta forma lo hacía Mariangel Rosso:
"y el momento de expectación crece cuando chirrían los goznes de la pesada puerta y entre claroscuros se acerca el que todos esperan… EL CRUCIFICADO…"¡ No existe un roce más delicado, no existe una caricia más suave" y dulce que la del remate de la cruz en el dintel de nuestra Iglesia! ¡No existe una mesura más comedida que la llevada a cabo por los hombres de trono que, guiados por una rota voz, se arrodillan con su Cristo, y ese dolor se hace ímpetu, y ese ímpetu fortaleza, y esa fortaleza fe, cuando al fin alzan la Cruz ¡qué reverencia divina cuando ya se ha cumplido la voluntad del Padre!, irrumpen las notas del himno, toma la calle y sube la rampa, con tanta majestad mirando la excelsa Sierra…"
Diego García:
"y después a las doce del mediodía, con un sol radiante en su cara, estará la impresionante imagen del Santísimo Cristo de la Vera -Cruz, subiendo los escalones de la cuesta de la Iglesia, -como si para el cielo fuera"
Diego Gutiérrez Téllez lo hacía así:
"Silencio sepulcral en la Alameda del Guitarro, donde sus palmeras parecen ondularse, bajar sus hojas y sus palmas en señal de duelo y de respeto por la presencia de Cristo Crucificado"
O Ángel Guerrero Alcántara:
"Calle Laga de difícil equilibrio, y luego por la calle de la Cruz abajo, por el lento sendero, el aliento desmayado de su boca reseca, con el patético gesto de una muerte amarga. Su rostro es la expresión de una agonía estremecedora por mil lanzas retorcidas.
Con amarga soledad de encrucijada,
como lirio que se mustia tembloroso,
ya colgado en el madero ignominioso
te nos muestras con tu carne lacerada."
Pero esta procesión nos tiene que transportar a la dura realidad de 2009.
¡Cuantos crucificados, Señor!
Sigues muriendo en los adictos a cualquier sustancia, en los parados, en los enfermos, en los que mueren en el Estrecho, en los que pasan necesidad… También en los no nacidos.
Y nuestra pasividad ante ello es otra forma de gritar: "Crucificalo"
SANTO ENTIERRO
Los acordes de la marcha "Madrugá" magistralmente interpretada por la Banda de la Academia Municipal de Música se acompasa con los trinos de los pájaros y un escalofrío recorre mi cuerpo porque por la puerta de nuestra iglesia aparece Cristo Yaciente portado majestuosamente por los hombres de trono que visten túnicas negras, capillos y guantes blancos.
Detrás la mujer de Cortes, enlutada y desgranando las cuentas de su Rosario en desagravio por tan lamentable magnicidio.
Y cerrando el cortejo, como siempre, María, ahora de riguroso luto, y detrás el Hermano Mayor, El Consiliario y Nuestra Corporación Municipal.
Momento especial de esta procesión, si es que se puede destacar alguno, es su paso por la Fontana cuando la misma noche se une a la oscuridad del alma como si el Universo entero quisiera representar la Mayor Desolación.
Quisiera reclamar desde aquí, que no se pierda jamás esa tradición tan nuestra de que este paso vaya escoltado por nuestra querida Guardia Civil, que a paso lento, con su arma a la funerala y su tricornio a la espalda, como siempre fue en Cortes de la Frontera, en señal de duelo y respeto, porque Cristo ha muerto.
SOLEDAD
Sobrecogedora procesión donde el silencio y la oración de todo el pueblo de Cortes quiere consolar tu pena y demostrarte que no estas sola en tu dolor que estamos todos contigo.
Quiero fundirme en María
Quiero coserme a su manto
Quiero lavarme en su llanto
Para curar la sequía
Que camina en la impía
Noche de mis desconsuelos
Quiero sacudirme duelos
Quiero ponerme de hinojos
Y que con ella mis ojos
Se conviertan en pañuelos.
Quiero que tantos sollozos
Puedan bordar algún día
Las letras AVEMARÍA
Y los misterios gozosos
Quiero desde estos despojos
Tan amasados de penas
Licuarme por sus venas,
O hacerme solo espadaña
Del hijo de sus entrañas,
Ese Señor de las Penas.
RESURRECCIÓN
Ya está bien del éxito de todos los fracasos.
Hasta aquí hemos llegado
con la ruina del cuerpo y con el desaliento
amarrado al brazo.
¡Ya está bien de imperfección y muerte!
¡Hasta aquí hemos llegado!
Desempolvar ahora el secular humo de los cirios,
la pátina mohosa que cubre el pecado,
el velo trenzado por el dolor de la historia.
Huid ahora del muerto que os habita
para que se pronuncie al fin vuestro nombre verdadero,
vuestro ser, nuestro ser, vuestro todo, nuestro todo
en ese sin par triunfo de la Vida sobre la muerte.
En el huerto, Magdalena,
ungüentos no te valieron,
que unos ángeles vinieron
a darnos la enhorabuena:
aquel cuerpo que en la cena
se entregó ¡Ha florecido!
Nadie sabe como ha sido.
Pregúntale al hortelano.
Si puedes toca su mano
y calme así tu alarido.
La puesta guardia que había,
según jefes fariseos,
temiéndose los saqueos,
ya de nada les servía.
Ha podido el que decía
que en tres días suplantaba
aquella piedra estancada
fundada sobre la arena.
Que se acabe aquí la pena,
que Cristo está donde estaba.
Del sepulcro ya ha rodado
la piedra que lo sellaba
¡Qué sonido que atronaba
y qué temblor del soldado
al ver que el resucitado
sólo dejaba la venda!
y va María en la senda
de vuelta con la esperanza;
que aunque la tomen a chanza,
es verdad para el que entienda.
¡Que relámpagos fulgores!
¡Que nieve , blanco de lino!
¡Que campos de damasquino!
¡Se visten de honor las flores!
Hagamos bien los honores.
El mismo Dios nos visita
y en su Hijo se desquita
con Gracia de aquel pecado.
Ya todo nos lo ha entregado,
si es Cristo quien Resucita.
No vuelvas por el camino
que retorna hasta Emaús.
Para encontrar a Jesús
puedes mirar al vecino
que de modo clandestino
provoca conversación.
Y qué gran admiración
cuando todo desvaría
que a la caída del día
te encuentren en la Fracción.
Que todo el pueblo se adorne
y enciendan hasta el lucero
Que ha querido el alfarero
que al hombre la vida torne.
Sea el cuerpo quien exorne
la alegría en abundancia
rompiendo la disonancia
que la muerte nos produjo.
Abajo quede su embrujo;
Y, arriba Cristo, en ganancia.
Y a ese Cortes que llorando
va triste por las esquinas
que le arranquen las espinas
y vaya resucitando
que la Vida está mandando
por cada poro del mundo.
Quitad el dolor profundo
del puñal que os amargaba.
Quien en la cruz nos amaba,
hoy es el fruto fecundo.
Que Cortes nos enamore
-lo digo en este pregón-
Viviendo sin parangón
en cada Paso que aflore.
Cristo sea, a quien se adore,
en todas las procesiones
y a Dios pido que os agrade
esta gran Semana Santa,
porque el Cielo se trasplanta
en Procesión, de Cofrade.
MUCHAS GRACIAS POR VUESTRA ATENCIÓN Y PACIENCIA.
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