PREGÓN DE SEMANA SANTA 2015
Pregonero: Don Mateo Venegas García
Cortes de la Frontera, 27 de marzo de 2015
¿Qué tengo yo que mi amistad procuras?
¿Qué interés se te sigue, Jesús mío,
que a mi puerta cubierto de rocío
pasas las noches del invierno oscuras?
¡Oh cuánto fueron mis entrañas duras,
pues no te abrí! ¡Qué extraño desvarío,
si de mi ingratitud el hielo frío
secó las llagas de tus plantas puras!
¡Cuántas veces el Ángel me decía:
"Alma, asómate ahora a la ventana,
verás con cuánto amor llamar porfía"!
¡Y cuántas, hermosura soberana,
"Mañana le abriremos", respondía,
para lo mismo responder mañana!
Rvdo. Sr. Cura Párroco, Excmo. Sr. Alcalde, Ilmo. Sr. Hermano Mayor de la Hermandad de Jesús en su Pasión y María Santísima de los Dolores, Junta de Gobierno de la Hermandad, dignísimas Autoridades, queridos amigos que me alentáis con vuestra presencia, cofrades de Cortes, señoras y señores.
Gracias, Isabel por tan cariñosa presentación y por tu interés en el seguimiento de nuestros primeros pasos en esta Hermandad, nuestra Hermandad.
Sean mis primeras palabras de agradecimiento y cariño hacia mis padres: para mi madre, aquí presente, y para mi padre, que me estará observando desde el cielo.
Sin sus enseñanzas, trabajo y sacrificio hoy no podría compartir con ustedes mis experiencias como cristiano, católico y cofrade.
Ya, desde la más tierna infancia, mi madre me mandaba todos los domingos a Misa; y digo mi madre porque mi padre estaba en el extranjero, como muchos padres de aquella época.
Más tarde, después de hacer mi primera comunión, aquí, entre estas paredes y bajo el techo de este maravilloso templo, que tenemos y disfrutamos; fui monaguillo.
Fueron años de intensas y emocionantes vivencias: participaba y ayudaba en los bautizos, bodas y también en algún que otro entierro, pero sobre todo en las celebraciones de Navidad, Semana Santa, Día del Señor...
Estos fueron mis inicios en la que podríamos llamar mi segunda casa, la Iglesia. Desde entonces, con más o menos regularidad, incluso en los difíciles años de la adolescencia y juventud, cuyo periodo transcurrió fuera de España, concretamente en Alemania, como muchos de los presentes saben, acentuó aún más en mí aquellos sentimientos de pertenencia y adhesión a la tierra que me vio nacer.
Gracias a ello y aunque en este tiempo las ideas no están muy claras, nunca falté al compromiso, como cristiano, de participar en la Eucaristía y demás actos religiosos.
Jesús, Jesucristo está desde entonces en mi vida para lo bueno y para lo menos bueno. Siempre confió en Él y es mi apoyo y estabilidad en la toma de decisiones que se presentan a lo largo de la vida.
Como se diría coloquialmente, soy su fans, fiel seguidor y humilde servidor que intenta seguir sus enseñanzas.
Quiero dar las gracias a la Junta de Gobierno de mi Hermandad por haberse fijado en mi humilde persona para elegir al Pregonero oficial de la Semana Santa de 2015.
Saben que no pueden esperar de mí otra cosa que compartir generosamente con todos ustedes mis vivencias, sensaciones y sentimientos más íntimos.
Como no podría ser de otra manera, la Semana Santa es para mí la mayor experiencia y acto de fe desde que sale la Pollinica hasta que se recoge el Resucitado.
Es por ello que, desde muy joven, quise ser portador de un trono; podía haberlo sido de cualquiera, pues en todos se representan los Misterios de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo nuestro Salvador. Al final me decidí por serlo de las Angustias porque esta imagen remueve en mi interior sentimientos de cariño, ternura, tristeza y pena pero a la vez de alivio y esperanza.
A LA VIRGEN DE LAS ANGUSTIAS
Eres dolor sin límite, escalofrío exánime,
palpitan los gemidos por tus venas
silenciosas, ocultas,
el asombro se cuelga de tus párpados
consumidos por lágrimas heridas.
Sientes que es tu regazo un templo de ceniza
y al filo del delirio
esperas rojas ascuas con promesas de fuego,
llama eterna, admirable fulgor.
Antes fue un nido blanco de paloma
trenzado con espinas
y pétalos de intactas azucenas.
Recuerdas, cuando niño,
reposaba en tu seno, acurrucado,
dormido con tu voz,
arropado en tus brazos maternales.
Un alud de dolor ahoga el nuevo arrullo
y tus brazos son mirlos que aletean
sobre el yacente espacio derramando ternura
en tus caricias trémulas.
Son más de treinta años los que llevo portando su trono, de lo que me siento muy orgulloso. Estos últimos aún los vivo con mayor alegría porque mis dos hijos me acompañan bajo el varal. Creo que, con la ayuda del Señor, serán también portadores de las Angustias durante mucho tiempo.
Ahora que hablo de mis hijos, quiero resaltar que hay otra persona en mi vida, sin cuya comprensión, ayuda, esfuerzos realizados, apoyo y aliento en momentos difíciles, sería imposible haber llevado a cabo lo que a continuación paso a relatar. Se trata de mi compañera de viaje, amiga del alma y esposa, Mari Ángeles.
Fueron especialmente duros los inicios, cuando junto a otras personas entregadas y entusiastas, decidí entregarme de pleno a la tarea de luchar por una verdadera Hermandad. Momentos que sólo las parejas de los hermanos de la Junta de Gobierno saben afrontar. Gracias, Mari; muchas gracias por tu apoyo.
Fue para mí un punto de inflexión este momento, que como de todos es sabido, costó mucho trabajo y sacrificios. Fueron horas, días, semanas y meses en los que para los hombres y mujeres, que emprendimos este camino, era algo sumamente importante llevar el Evangelio a nuestros paisanos a través de las imágenes y las procesiones.
¿Cómo lo quisimos hacer? de la forma más sencilla pero digna, y todo ello a pesar de las piedras y obstáculos que encontramos en el camino.
Gracias a una sólida formación cristiana y al indescriptible buen ambiente y amistad que surgió en el grupo, fuimos capaces de irlos sorteando y salir adelante, marcándonos como meta la formación de una Hermandad edificada sobre roca firme, que garantizara una trayectoria, con proyección de futuro y duradera en el tiempo.
Hoy, después de veinte años, gracias a los hermanos, más de quinientos y a la maravillosa labor de la Junta de Gobierno, seguimos con la misma ilusión del primer día, trabajando para que todas las personas de Cortes de la Frontera, podamos disfrutar de una maravillosa Semana Santa.
No puedo dejar de mencionar a las personas que emprendieron esta ardua tarea: Francisco López Fernández, Francisco Torres Villanueva, Sebastiana Torres Villanueva, Francisco Pérez Herrera, Juan Carlos Herrera Rosado, José Manuel Domínguez Márquez, Cristóbal Carlos Gil Torres, Sebastián Casillas Chacón, Juan Herrera Herrera, Inés Sevilla Villanueva, Francisco Javier Pérez Mota y como no? nuestro primer Consiliario Fermín José Negre Moreno.
Mención especial para mis amigos: José Ramírez Rodríguez y Antonio Gil Torres por los momentos que hemos compartido tanto dentro como fuera de la Hermandad.
Se crearon lazos que unen más que la sangre, por todo lo vivido y lo luchado. A todos ellos les estaré eternamente agradecido por el tesoro de su amistad.
He hablado de Semana Santa, Navidad, Misa, Iglesia, Día del Señor, capítulos que durante un año forman la vida de un cristiano y que unido a otras fiestas de nuestro pueblo hacen de Cortes un pueblo variado y afortunado por mantener aún sus costumbres y tradiciones.
Nosotros debemos defenderlas. Ya sé que está de moda que a las primeras de cambio se metan con la Iglesia para molestar. Los hombres y mujeres de fe, y aquí veo muchos, tenemos que seguir luchando por lo que creemos, poner la mejilla a estilo del Maestro y seguir el camino desde Cáritas, Liturgia, Pastoral de la Salud, Hermandad y todos los grupos que conforman nuestra comunidad Parroquial. Hemos de proteger nuestras raíces cristianas y aumentar nuestra fe, como regalo a un pueblo que la necesita.
Evangelización, compromiso, unidad, trabajo, fe y entrega son palabras que cualquier miembro de las Juntas que han presidido esta Hermandad llevan grabadas y son garantía de que el camino iniciado hace veinte años continúe por muchos más.
Los cortesanos no concebimos nuestras procesiones de Semana Santa sin las marchas procesionales, magistralmente interpretadas por nuestras Banda de Música y de Tambores y Cornetas. Sus acordes crean un clima de oración y recogimiento y contribuyen en gran manera al esplendor de estas catequesis plásticas.
Es de justicia reconocer el trabajo y dedicación de ambos directores: D. Alonso Rodríguez Benítez y Juan Antonio Pérez González. Gracias a ellos nuestros Sagrados Titulares recorren las calles de Cortes acompañados por esas notas llenas de dulzura, melancolía, tragedia, sollozos, sentimientos que afloran, la sangre hierve y los vellos se levantan. Estos sentimientos se acentúan aún más cuando vas bajo el varal del trono con paso corto y al compás de la caja, cuando subes los peldaños de la calle Laga, bajas la cuesta del Toledillo o simplemente al mecer la Imagen por cualquier calle de nuestro pueblo.
Hay momentos en los que parece que estás solo, solo con el Cristo o la Virgen, no importa cual, cada uno con el suyo, con el que tu llevas. Todo el mundo a tu alrededor, suenan las bandas, los nazarenos andando, las mantillas en oración y tu solo con Él. Momento de fe intensa, de abstracción indescriptible.
DOMINGO DE RAMOS
La celebración de la Semana Santa comienza el Domingo de Ramos con la Entrada Triunfal de Jesús en Jerusalén.
Ese día, a las 11:30 de la mañana, se abren por primera vez las puertas de nuestro templo parroquial para la salida procesional de Jesús a lomos de una borriquita.
Suenan los primeros acordes de Nuestra Banda de Tambores y Cornetas y una explosión de alegría inunda el ambiente porque el día así lo requiere.
Con palmas y ramos de olivo acompañamos y aclamamos al Mesías "Hosanna al Hijo de David". Día de fiesta, día grande para los niños, que son los más felices; de forma sencilla, como si de una representación teatral se tratase, van a seguir y aprender las vivencias de Jesús en esos siete días.
A la entrada celebramos la bendición de los Ramos y en perfecto orden, pasamos al templo para celebrar la Eucaristía, dentro de la cual se lee la Pasión y Muerte de Nuestro Señor. En breve espacio de tiempo hemos pasado de la entrada triunfal en Jerusalén aclamado como rey a los gritos de "Crucifícale".
El Lunes y Martes Santo, la Iglesia es un hervidero de hermanos. La Junta de la Hermandad se emplea al 200% ultimando todos los preparativos, flores de un lado para otro, retoques de última hora y un sin fin de detalles y trabajos, que se ven recompensados cuando, de nuevo, el Miércoles Santo se abren las puertas del templo para ver salir a Nuestro Padre Jesús atado a la Columna. Ahora su aspecto es diferente, maltratado, azotado, abandonado de los suyos, calumniado, coronado de espinas; muestra su rostro ensangrentado, paseará por nuestras calles acompañado solo por su madre.
Es una gran ocasión para la reflexión profunda. Es la hora de poner toda la carne en el asador: arriesgarse y seguirle o, aterrados, darle la espalda.
Y llegamos al Jueves Santo, día del amor fraterno. A las siete de la tarde conmemoramos la Cena del Señor. Nos ha hablado tantas veces mediante parábolas y ya no sabe como demostrarnos cuanto nos quiere. Con dos gestos quiere que sintamos su amor infinito y mostrarnos claramente el camino a seguir: Primero con la entrega de su vida y dejándonos su Cuerpo y su Sangre bajo las especies del pan y el vino, segundo arrodillándose ante los suyos y lavándoles los pies.
A las diez y cuarto de la noche, otra vez se volverán a abrir las puertas de nuestro templo para dar paso a la procesión de Jesús con la cruz a cuestas, las tres caídas. Jesús, cargando una pesada cruz se dirige por la calle San Sebastián, esta vez acompañado por Juan, su discípulo amado, María Magdalena y su Madre, María Santísima de los Dolores.
Casi siempre, coincidiendo con las doce campanadas del reloj del Ayuntamiento y mientras la luna de Parasceve, en su plenitud, se asoma curiosa para no perder detalle, tiene lugar una de las más emotivas estampas de nuestra Semana Santa: El encuentro de Madre e Hijo en la plaza del pueblo.
Son testigos excepcionales San Juan y María Magdalena. Las bandas de Música y de tambores y cornetas han dejado de tocar y se produce un silencio, que sólo se rompe cuando el Hermano Mayor de nuestra Hermandad golpea el suelo por tres veces, a la vez que los tronos de Jesús y de María se inclinan.
La multitud que ocupa la plaza irrumpe en un único pero estremecedor aplauso, fruto de la emoción contenida y de agradecimiento a todos los portadores y personas que hacen posible esta imagen, difícil de olvidar por propios y extraños.
Cuando la procesión vuelve de nuevo a su templo y es la una de la madrugada celebramos la Hora Santa. Profundo acto de oración en el que nuestro interior quiere acompañar a Cristo en su tremenda soledad y agonía.
VIERNES SANTO
Es uno de los días más importantes e intensos del año. Comienza el día con el Vía Crucis, que partiendo del templo parroquial recorre las calles del pueblo para terminar en el parque de las Camaretas. Emotivo acto de oración, donde los miembros de la comunidad parroquial participan prácticamente todos: unos leyendo las reflexiones que ha preparado el grupo de liturgia para cada estación, otros portando la cruz, otros colocan sus peticiones sobre ella, todos rezan y cantan.
Y a continuación a las 11:30 la magna procesión del Crucificado.
Encabeza la misma la cruz de guía de nuestra Hermandad, le sigue la Banda de Cornetas y Tambores, Cristo Crucificado, María Magdalena, Las Angustias, San Juan, la Banda de Música y cerrando la procesión, como siempre, María Santísima de los Dolores.
Todo el pueblo está en la calle, vestido con sus mejores galas para acompañar a nuestros titulares con fervor y devoción y participar y agradecer a la Hermandad tanto esfuerzo y trabajo.
Tras un breve descanso, que aprovechamos para comer el tradicional potaje de acelgas y un buen plato de huevos nevados nos dirigimos de nuevo al templo para la celebración de los Santos Oficios.
Seguidamente se abren las puertas para la salida del Santo Entierro de Jesús, que escoltado por miembros voluntarios de la Guardia Civil y acompañado por la Corporación municipal avanza lentamente mientras nuestra banda municipal interpreta la marcha Madrugá del maestro Abel Moreno. Sus portadores llevan guantes y capillos blancos, detrás le sigue María Santísima de los Dolores, ahora vestida de riguroso luto.
El pueblo le sigue en silencio, la mujer cortesana, vistiendo la mantilla española y de riguroso luto va desgranando las cuentas de su rosario, y en mi interior se mezclan sentimientos contradictorios, siento el fracaso, la desolación un inmenso dolor y por otra parte me vienen a la mente sus palabras "Destruid este templo y en tres días lo levantaré"
LA SOLEDAD
A media noche acompañamos a María en su Soledad. Ahora ya no hay música, solo un tambor destemplado marca el paso a aquellos portadores, que al no tener que tocar en las bandas, aprovechan para llevar sobre sus hombros a María, como si con ello quisieran aliviar tanto dolor. Ignacio, capataz del trono, se las ve y se las desea para poderlos acoplar a todos. Infinidad de mujeres alumbran con sus velas el paso de María Santísima y el pueblo reza mientras se meditan a lo largo del recorrido los siete dolores de María.
María, madre, tu no podías siquiera imaginar lo que sería tu vida desde el momento de la Anunciación en Nazaret, pero a pesar de ello confiaste en el Señor.
Tu primera reacción fue ir a visitar y servir a tu prima Isabel, luego en la boda Caná de Galilea buscabas a tu Hijo para decirle que no tenían vino e incluso tuviste que oír de su boca las palabras: "Mujer, no sabes que aún no ha llegado mi hora"
Pero toda tu vida ha sido ejemplo de fe y de máxima entrega. Tu Hijo, cuando ya va a morir, cuando ya parece que no puede darnos más, aún nos sorprende con otro maravilloso regalo "Mujer, ahí tienes a tu hijo" "hijo ahí tienes a tu madre"
¿A qué más podemos aspirar?
¡ Que tranquilidad, Madre, proporciona saber que intercederás por mí ante Dios, Nuestro Señor !
Y llega el Sábado Santo. Desde las primeras horas ya están los hermanos de la Junta desmontando los tronos, todo se hace con la mayor celeridad pero con sumo cariño y cuidado. Unos van desmontando, otros acercando las flores al altar mayor, donde otras personas se apresuran a reacondicionarlas para la preparación de la Vigilia Pascual, otros limpian, otros devuelven las imágenes a sus respectivos lugares, otros llevan los enseres a la Casa Hermandad y cuando ya está todo desmontado se retiran para ir a desayunar todos juntos.
Inmediatamente, vendrá Eladio Jesús Gil con el camión, para ir llevando, uno a uno, los tronos a la nave. Se hacen dos grupos, uno permanecerá en la Iglesia mientras el otro se encargará de irlos recibiendo. Cada vez que se retira un trono, se hace una limpieza exhaustiva del lugar que ocupaba y se van recolocando las bancas.
Se empieza a montar el trono de Cristo Resucitado y. como si de un milagro se tratara, a medio día ya está la Iglesia preparada para la celebración solemne de la Vigilia Pascual.
SAETA.
No podría dejar de mencionar, entre nuestras costumbres cortesanas y andaluzas, estas súplicas y oraciones lanzadas al aire al paso de nuestro titulares.
Quejidos estremecedores y requiebros amorosos con el que nuestras saeteras parecen querer aliviar tanto dolor.
VIGILIA PASCUAL Y PROCESIÓN DE CRISTO RESUCITADO
Llegadas las 00:00 horas del Domingo de Resurrección, tiene lugar en nuestra Parroquia la que yo creo más importante y esperanzadora de las celebraciones del cristiano: La Victoria de la Vida sobre la muerte.
Nuestra Parroquia se encuentra totalmente llena, algunas personas incluso tendrán que permanecer en pie. Los niños y jóvenes están nerviosos porque saben que después de la Eucaristía podrán llevar al Resucitado por las calles de Cortes de la Frontera.
Empieza la misma con la liturgia de la luz, el templo está en plena oscuridad, mientras el sacerdote, en la calle, bendice el fuego del que se encenderá el Cirio Pascual, símbolo de Jesucristo Resucitado. Luego, desde el Cirio, se irán encendiendo las velitas que tienen los fieles quedando la Iglesia alumbrada cuando todos ya recibieron la luz procedente del Cirio.
Es en este justo momento cuando tiene lugar el Pregón Pascual que anuncia que ¡ Cristo ha resucitado.!
Luego tendrá lugar la Liturgia de la Palabra donde se leen varias citas del Antiguo Testamento y otras del Nuevo recalcando la Pascua, Paso de la esclavitud en Egipto a la libertad y el de la muerte a la Vida.
Continúa la celebración Eucarística y, finalizada esta, en una explosión de júbilo y alegría inmensa sale a la calle la Procesión de Cristo Resucitado, los niños y jóvenes portan sobre sus hombros la imagen, mientras todos cantamos y anunciamos al pueblo de Cortes que Cristo ha resucitado.
¡Ojalá seamos todos siempre, en nuestra vida y en nuestros particulares ambientes, testigos de la Resurrección.!
Y llegados a este punto, sólo me queda pedir disculpas, por si os he podido cansar. Mi pretensión no ha sido otra que compartir con todos ustedes mi experiencia, mis sentimientos e ilusiones.
Muchas gracias por vuestra atención y paciencia.