PREGON DE SEMANA SANTA –1.997

 

Pregonero: D. Mariano Sánchez Rodríguez q.e.p.d.

 

Cortes de la Frontera , 21 de Marzo de 1.997

 

 

BUENAS TARDES:  

La hermandad me ha pedido que hoy hablara de la Semana Santa , y a un grupo que está trabajando de verdad por ella, no se le puede negar nada, aunque cueste trabajo tener que hablar en público, y preparar unas cuartillas, para llegar a todos.

Le agradezco de verdad, que hayan querido que yo sea el primer pregonero de nuestra SEMANA SANTA y he intentado poner el máximo interés, emoción y cariño, en hacerlo lo mejor posible y al mismo tiempo no cansaros.

En todo el mundo cristiano, la SEMANA SANTA es conmemorar la Pasión , Muerte y Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo y por tal, el cristiano, el hermano de la Hermandad , no hace otra cosa sino recordar, a través de sus misterios, el Evangelio vivo.

Pero esta conmemoración, no es algo que solo nos haga evocar veinte siglos, ni que esta manifestación se presente vacía de continente o contenido. No; para el cristiano la Semana Santa es vivir con Cristo su Pasión y su Muerte. Es abrazarse a su Cruz y echar a andar.

La Semana Santa es ver a Dios a través de su sagrada Imagen en la tierra. Seguirle en comunión con los hermanos.

La Semana Santa es conocer a Dios con el alma sencilla de forma visible y dejarnos arrastrar al amor de lo invisible.

La Semana Santa nuestra es la afirmación de la Fe , de una inminente Resurrección.

Antes de entrar en la Semana Santa la Iglesia nos pone la Cuaresma , que consta de cinco domingos de preparación para entrar de lleno en ella, en la Pascua que ya sabemos es Cristo Resucitado.

La Cuaresma es tiempo de penitencia de conversión, es tiempo para creer, por eso, Señor, convierte nuestros miedos en fe, nuestras codicias en generosidad, nuestros sufrimientos en fuentes de gracia, nuestras crisis en madurez.

Que antes de entrar en la Semana Santa , creamos: en el amor, en la paciencia, en la libertad, en la oración, en todo lo que nos pueda acercar a ti de verdad.

La celebración de la Semana Santa , se lleva a cabo poniendo en acción los símbolos en dos espacios y en dos estilos: Dentro del templo, la liturgia, o sea los oficios Divinos y fuera del templo donde con nuestras procesiones, queremos hacer una demostración de nuestra fe por las calles de nuestro pueblo.

Voy a intentar hacer ver la Semana Santa litúrgica, o sea Domingo de Ramos, Jueves y Viernes Santo y la Resurrección de Jesús.

El Domingo de Ramos es como un reconocimiento popular de la realeza de Cristo, como la entronización del Mesías.

Dios hablaba a través de los niños y la gente sencilla, que le aclamaba con palmas y olivos cuando entra en Jerusalén, Cristo aún en el día de su triunfo, no pierde el encanto de la humildad.

Entra triunfante en Jerusalén, pero sentado en un burrito, aclamado por los pobres y derramando lagrimas de comprensión.

En este domingo se proclama ya la Pasión del Señor. Es el principio de la Semana Santa. Escuchamos con emoción la historia del dolor más grande y del amor más fuerte, de la bondad más limpia y la iniquidad más negra: la santidad y el pecado en sus límites extremos.

Pero podemos cantar y aclamar porque tenemos una fe que va más allá de la tragedia de la Cruz. Hoy ya sabemos que nuestro hermano y Señor Jesús, resucitará. Vencerá. Por eso cantamos y aclamamos.

Nuestra Hermandad quiere recordar este día sacando por nuestras calles, la primera procesión de la semana, La Entrada Triunfal de Jesús en Jerusalén, ( La Polliníca ), después de la bendición de los ramos.

El Miércoles Santo, seguimos recordando, La Pasión del Señor en la calle con la procesión de Jesús atado a la columna, si recordamos o leemos en el Evangelio la Pasión , nos daremos cuenta que nuestras procesiones son un fiel reflejo de ella.

Viendo la Imagen de Cristo atado a la columna, podemos recordar a nuestros hermanos atados a sus pasiones, a la droga, al alcohol, a todo aquello que nos puede atar en esta vida.

Jueves Santo, Jesús en vísperas de su muerte, habiendo amado a los suyos, los amó hasta el extremo. Y este amor se concreta en dos testamentos: En dos mandatos. Son los que conmemoramos en la misa solemne del jueves.

Primer mandato: “Que os améis mutuamente como yo os he amado”, con un amor que está tejido de humildad y servicio, como mostró aquella noche lavando los pies a los apóstoles; también a Judas, que después lo entregaría.

Segundo mandato: Les dio el pan como su cuerpo y el vino como su sangre. Y mandó: “Haced esto en memoria mía”. Una memoria que es realidad, presencia y comunión.

Para que nos demos cuentas de estos mandatos, Jesús se ha quedado entre nosotros en la Eucaristía y por nuestras calles sale procesionalmente JESÚS CON LA CRUZ A CUESTA (Las tres caídas), cargando con nuestras culpas, camino del Calvario, hacia la muerte; en su recorrido nos reunimos en el centro del pueblo, en nuestra Alameda, para rendirle un homenaje, recordando las tres caídas que Jesús tuvo. Emocionante procesión con silencio y respeto.

Jesús nos quiere decir, como nosotros hemos de cargar día a día con nuestra cruz, con nuestras debilidades y que caeremos muchas veces, pero tenemos que tener la fuerza necesaria, confiando en Él, para seguir adelante.

Viernes Santo, un día de contemplación. De contemplación admirada, conmovida, queremos acercarnos a los sufrimientos de Cristo, repasarlos y compartirlos. No basta compadecer a Cristo, es necesario padecer con Cristo, o padecer con los hermanos, que son también Cristos.

Cada vez que aliviamos a un hermano que camina con su cruz, estamos aliviando a Cristo en su largo Vía-Crucis. Él te lo agradece. Tu mismo, sin saber como, te sentirás aliviado.

Hoy, día de dolor, nada mejor para comenzar el día que celebrando el Vía-Crucis par recordar y recorrer todos los momentos de la Pasión de Cristo.

Por nuestras calles hoy se procesionan El Crucificado, El Santo Entierro y la Soledad.

Merece especial atención la Procesión de la Soledad , por su acompañamiento, todo el pueblo junto a la Madre , a nuestra Madre, ya que Jesús estando clavado en la cruz, dijo a su madre: “Madre ahí tienes a tu hijo” “Hijo ahí tienes a tu madre”

Llegamos a la Vigilia Pascual , a la Resurrección de Jesús; en la Pascua no solo celebramos la resurrección de Jesucristo, sino también la nuestra: “Habéis resucitado en Cristo”. Esto significa que hemos muerto con Cristo y que nos hemos dejado contagiar por su vida resucitada.

Pascua, todo el mundo lo sabe, significa Paso. Por tanto la palabra Pascua se refiere propiamente a la celebración del paso de la muerte de Jesús a su Resurrección.

Es decir, que verdaderamente, la Pascua es al finalizar la Semana Santa , la Resurrección de Jesús.

La Pascua es la fiesta más importante de los Cristianos. Por eso, los cristianos bien formados, no se quedan en el Viernes Santo, sino en la Resurrección del Señor.

Al finalizar la Vigilia Pascual , salimos a la calle con la procesión de Cristo Resucitado, procesión de alegría, gozo, júbilo porque Cristo ha resucitado.

Y no quiero dejar de tratar una segunda parte, hablando de nuestra Hermandad.

Hay documentos que hacia 1.630, se fundó la cofradía de la Vera-Cruz y que serviría para fundar después la de Jesús Nazareno y tuvieron durante cientos de años, gran pujanza, llamándolas el pueblo “los Moraos y los Coloraos” las dos cofradías o corporaciones como se llamaban en aquel entonces, procesionaban la misma Virgen.

En el año 1.936, todo desaparece. En la década de los cuarenta, vuelven a nacer las dos cofradías que comienzan con un gran auge, pero que decayeron sobre el año 1.975 y un grupo parroquial decide hacerse cargo de las dos, por estar en profunda crisis. Lo que hace que quede una sola cofradía, para mí también con una gran crisis y apunto de desaparecer.

Pero a partir del noventa y cuatro, sale un grupo de hombres y mujeres, que se comprometen a formar una verdadera Hermandad.

A la creación de las nuevas Hermandades se le exige una formación espiritual, a la que se comprometen recibir, teniendo reuniones cada quince días, con Fermín, Consiliario Espiritual de la misma y desde ese momento comienzan a trabajar por la Hermandad , que llevará el nombre de “Hermandad de Jesús en su Pasión y María Santísima de los Dolores” y he dicho llevará porque están en espera de que le sean aprobados los Estatutos de la misma.

Además de la reunión quincenal de formación se reúnen para trazar y programar el plan de trabajo durante todo el año, esperando llegue la Semana Santa.

Y tengo que decir, que a la Hermandad le veo, base firme, para seguir adelante, ya que el grupo de hermanos siente como Iglesia, participa como Iglesia y salen a la calle con nuestras imágenes como Iglesia que son, para convertir a nuestro pueblo en un altar de Pasión.

El peso de la Hermandad está , hoy día de una forma provisional, hasta tanto se aprueben los Estatutos y haya elecciones, en los cargos: Como Hermano Mayor: Antonio Gil Torres; Secretario: Francisco Pérez Mota; Tesorera: Sebastiana Torres Villanueva; y el Fiscal, que es el responsable de que se cumplan los Estatutos, José Ramírez Rodríguez.

Entre los trabajos realizados para esta Semana Santa, tenemos la restauración de las imágenes del Sepulcro y su Urna, el Resucitado, la Magdalena y San Juan.

Les pediría a los hermanos y a los portadores de tronos que fueran maestros de fe para el pueblo de Cortes con el recogimiento en las procesiones, con el silencio de los hermanos y observando sus Estatutos.

En nombre de la parroquia, del pueblo y en el mío propio, gracias a este grupo de hombres y mujeres que hacen con su trabajo incansable, que cada año tengamos mejor Semana Santa y vivida con más fe. Gracias a todos los que participan en las procesiones, incluyendo nuestras bandas de música.

Y como no agradecer al pueblo el recogimiento, el silencio, el fervor, la fe con que ven pasar o acompañar las procesiones, acompañadas las imágenes de los penitentes cumpliendo sus promesas, descalzos o calzados con la cara cubierta o descubierta pero con fe y recogimiento.

Si observamos al pueblo sencillo, al paso de las imágenes, nos damos cuenta de lagrimas de compasión o movimientos de labios invocando o presentando sus necesidades a Cristo o a su Madre.

Y para terminar pedir y animar sobre todo a los jóvenes tanto mujeres como hombres, se hagan hermanos y cuando llegue la Semana Santa , sin reparos de ninguna clase, vistan su túnica para acompañar a los pasos procesionales y a todos que sepamos arropar, ayudar, tanto moral como económicamente, para que no decaiga el ánimo de los hermanos.

GRACIAS.

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