PREGON DE SEMANA SANTA –1999
Pregonero: D. Diego Gutiérrez Téllez
Cortes de la Frontera , 26 de Marzo de 1999
INTRODUCCIONLos entendidos en pregones aconsejan que se debe comenzar describiendo una bonita y gran frase y alrededor de ella construir el Pregón. Yo, quiero hacerlo poniendo de manifiesto la gran alegría, la enorme alegría y satisfacción que recibí cuando vuestro-nuestro Hermano Mayor me llamó por teléfono para comunicarme la buena noticia de pregonar la Semana Santa de nuestro pueblo. Acepté encantado y de inmediato, y os confieso que para mí es un gran honor, un gran orgullo ser pregonero en mi pueblo. Ha sido una de las mejores noticias que he recibido a lo largo de mi vida. Sirvan estas sencillas pero sinceras palabras, como introducción a la promulgación del Pregón Oficial de la Semana Santa de este año. SALUDO: Al Rvdo. Sr. Cura Párroco, Hermano Mayor y Junta de Gobierno de la Hermandad de Jesús en su Pasión y María Santísima de los Dolores Capataces de Paso, Hermanos Horquilleros, Hermanos Penitentes, Devotos, Señoras y Señores, amigos todos: Hoy es para este humilde y sencillo pregonero, un gran día, lleno de la más grata satisfacción, el estar con todos los presentes en este espléndido marco, bajo el techo de esta maravillosa parroquia de Ntra. Sra. del Rosario, titular de Cortes de la Frontera , donde recibí las Aguas Bautismales, protegidos por la divina y dolorosa mirada de María Santísima de los Dolores y el agonizante perfil del Santísimo Cristo Crucificado para llevar a cabo la promulgación del Pregón Oficial de la Semana Mayor de nuestra villa en el año del Señor de 1999. Creo que la tarea no es nada fácil, porque siempre he considerado que pregonar, promulgar, poetizar o cantar un pregón, por humilde que sea, es una tarea propia y exclusiva de experimentados pregoneros. Yo voy a poner todo mi corazón y sobre todo mis recuerdos y vivencias infantiles de nazareno para intentar estar a la altura que vosotros os merecéis. Pero el maravilloso hecho de haber recibido esta cariñosa invitación y debido a los lazos tan profundos que me unen a las tradiciones de mi tierra, y junto al recuerdo cariñoso a mi madre, que fue la primera persona que desde niño, a mi hermano y a mí nos enseñó a amar la Semana Santa. Mis primeros recuerdos son de chocolate y magdalenas en el amanecer del Viernes Santo, cuando nos despertaba para la procesión de Las Tres Caídas y encomendaba nuestra custodia al portador de la Cruz de Guía, que era José López, serán más que suficientes para llevar a buen puerto el timón de este bajel, base fundamental de este Pregón. Quisiera y es mi deseo que estas sentidas palabras quebrasen y rompiesen el aire que nos rodea, el ambiente que vivimos y llegasen a cada uno de los hogares de todos los vecinos de Cortes y más tarde se elevaran como una gran columna de incienso, perfumando a su paso las nubes, para amainar lentamente a los pies del Altísimo y de nuestra Madre la Virgen María , Reina indiscutible del Cielo. Y así, nos disponemos, yo diría a vivir más que a conmemorar los Misterios d e la Pasión , pero como los entiende, siente y lleva en su corazón el pueblo andaluz, en este caso la villa de Cortes, fórmula para que, cada año, se produzca ese "otro milagro de la primavera", que es nuestra Semana Santa. A nuestra calles saldrá toda esa eclosión de sentimiento, que son los cultos externos de nuestra Semana Mayor. A estas calles d e Cortes, algunas de hermosas y anchas aceras y otras. empinadas y recoletas, saldrán representaciones de los Misterios de la Pasión. Pero los artífices de todo ello, los autores de este Milagro, no lo olvidemos, ¡sois vosotros¡ los cofrades cortesanos; esos hombres y mujeres que, a fuerza de trabajo y de amores, de entrega y de renuncia, de fe y de devociones, os convertís en los protagonistas de esta singular y emotiva conmemoración y, también, en los responsables de que so pretexto de una pretendida antropología, la Semana Santa de Cortes no se vea vacía de su esencia más profunda, para convertirse en solamente una fiesta en la que Jesucristo sea en todo caso un invitado. ¡ Felicidades! por vuestro trabajo y mi gratitud como cortesano, por el trabajo limpio y honrado que, sin casi ayuda, y menos institucional, estáis llevando a cabo. Gran responsabilidad la del cofrade cortesano, recordar y hacer recordar que el eje de esta maravillosa tradición es la figura de Cristo en la cruz y el dolor representado en su Madre, la Virgen María. Gran responsabilidad la del cofrade de nuestro pueblo para dejar encuadrado todo en su término justo, porque no olvidemos que las caricaturas de la religión son el fanatismo y la beatería. El cofrade cortesano no puede estar en esa línea, sino en la fraternidad, en la devoción y en la de hacernos llegar los más entrañables sentimientos hacia Jesús y María a través de la exteriorización, a través de los sentidos. Porque un adagio de la escolástica, inspirado por Aristóteles, afirma que "NADA HAY EN EL PENSAMIENTO QUE NO HAYA SIDO PASADO POR LOS SENTIDOS". Yo creo, que el cofrade de Cortes, sabe mucho de esto, más que nadie de sentimientos y de sentidos. La Hermandad de Jesús en su Pasión y María Santísima de los Dolores de la que vosotros, cofrades cortesanos sois los protagonistas Esa cofradía en la que permanecéis. Esa cofradía que es capaz de motivaros hasta extremos tan generosos como los de ofrecer vuestro tiempo, vuestro trabajo, vuestro esfuerzo continuado, vuestra aportación material y vuestro sacrificio. Permanecéis en la Cofradía y cada año la hacéis mayor porque sabéis que es una comunidad de fe, porque sabéis que es un grupo fraternal donde convivís amigos, hermanos, compañeros y porque al cultivarse la fraternidad, ese grupo tiene que ser agradable a los ojos de Dios, permanecéis porque, en el seno de nuestra Hermandad, encontráis un alivio en este sendero áspero, lleno de escollos y dificultades que es la vida, y porque recibís, día a día lecciones de cariño, de fe, de altruismo, de respeto mutuo... más, tal vez, de lo que podáis aprender en cualquier libro . ¡ Cortesanos, permanezcamos cofradía !. También, os diría, que varios son los motivos que me han movido: que justifican mi presencia hoy con todos ustedes. El primero y el que considero como el principal, es la misteriosa atracción, el inmenso amor, el sincero respeto, el cariño fuera de las impresiones normales que me invade y que siento hacia nuestra Semana Mayor. Una Semana Santa muy diferente a otras que conozco (pocas, pues casi nunca falté, gracias a Dios, a la cita). Diríase que es una semana que posee una tremenda personalidad, una esencia emanada del espíritu de este pueblo que nos identifica. Diríase, inspirado y creado por el mundo cofrade de esta villa, por ustedes. Pero, además, os tengo que confesar de manera y forma muy sencilla, muy llana, que cada año cuando vengo a disfrutar de nuestra Semana Santa y pasa ante mí la Imagen de esta Virgen de los Dolores y la miro a la cara, adivinando su escondida sonrisa o su callado dolor de Madre buena, en ese instante se me inunda el alma y todo mi ser de un ansia que me provoca recordar la maravillosa saeta que nuestra paisana y amiga Antonia Ortega (saetera con letra mayúscula) en el amanecer del Viernes Santo del año pasado, en la Procesión de las Tres Caídas, al enfilar la Virgen la calle Real decía: "Esperanza Madre míaTú eres los ensueños de Triana, Tú eres la mejor nacida, La más guapa Cortesana Que yo he visto en toda. mi vida " También os diría, dentro de una tónica general, que la Virgen , una sola, pero distinta en cada exaltación. Ella lo quiere así y así debe ser. Amigos qué contraste de nombres tan bellos y qué colección de nombres tan bonitos para las hijas de Eva. Porque María es distinta cuando derrama gracia y esperanza. Diferente cuando llora y vierte sus lágrimas y su dolor. Consoladora cuando acudimos en su socorro y en nuestras peticiones siempre nos recompensa. Comunicadora cuando nos transmite su gran pena. Angustiada en su dolor de Madre. Alegre porque ella es también alegría. ¿Qué más queremos paisanos? Cada uno de nosotros llevamos a la gran Señora en nuestro corazón y creo que no importa la advocación o exaltación que mencionemos, sino lo que verdaderamente importa de verdad, es el respeto y el cariño, el amor que le profesamos, porque ella nuestra Buena Madre Cortesana. A todo lo dicho anteriormente, añadiría también la imagen de Cristo en cualquiera de sus advocaciones, como la popular Pollinica, Nuestro Padre Jesús, Cristo Crucificado, Santo Entierro, Cristo Resucitado mas S Juan y María Magdalena que desfilan por las calles de Cortes, me inspiran un gran respeto, una gran devoción, atrayéndome en gran manera la forma, la elegancia con que los hermanos horquilleros saben llevar y manejar sus pasos. En definitiva sigo y seguiré diciendo, proclamando a viva voz que me encuentro cautivado, enamorado de nuestra Semana Santa y este es el principal motivo de encontrarme hoy aquí con Ellos y con ustedes. Y os cuento un pequeño secreto, mi secreto, perdonadme si no coincido con muchos de ustedes, pues le pido a Ella que llueva la noche del Jueves Santo, ¡sí que llueva para poder gozar, como el año pasado, de esa maravilla que es la Procesión de Las Tres Caídas al amanecer, perdonadme, pero así lo siento. Tengo la suerte de conservar un libro de cuentas de la Hermandad de la Vera-Cruz correspondiente al periodo de 1889 al 1923, regalo de un amigo de la infancia, y en él se consignan, además de las deudas de todos los años, como siempre, es la tónica general, por eso la actual Junta de Gobierno de la Hermandad no tiene porqué sentirse mal si tiene deudas actualmente, porque siempre fue así. En el encontramos costumbres y tradiciones, algunas desgraciadamente perdidas, como por ejemplo el de llevar el estandarte de la Hermandad en el entierro de un hermano difunto; el pagar los gastos de entierro y funeral de 'los hermanos y hermanas; la adoración de la cruz; la ayuda a algunas tradiciones paganas como la del Toro del Aguardiente; y contiene la relación de los hermanos mayores, tesoreros, secretarios, fiscales y vocales de la Junta de Gobierno de distintos años. Nombres de antecesores de muchísimas familias cortesanas. Es una libreta de cuentas, pero que recoge casi medio siglo de historia de nuestra Semana Santa de finales del siglo XIX y del primer tercio del siglo XX. Ya es Domingo de Ramos en Cortes. Hay muchas ganas, deseos de ver la primera Cruz de Guía en la calle. Llegado el momento, ya habrá quedado atrás este pregón de su Semana Mayor, de parte de los cultos cuaresmales, de reuniones apresuradas de la Hermandad , de traslado de tronos e imágenes, de nervios de última hora por la incertidumbre de si están listos los estrenos para este año..., atrás habrán quedado las largas noches cortesanas de invierno en las que los cofrades sueñan con la venida de la primavera, con el azahar, con el incienso, con ese día, con esa hora, con ese momento único y preciso, yo diría con ese momento sublime que se lleva en lo más íntimo del alma, en que se abrirán las puertas del templo, para que la Pollinica (Jesús en su entrada en Jerusalén) inicie la estación penitencial tan largamente esperada, tan largamente soñada. Sí, es Domingo de Ramos en Cortes. Llegó su Semana Mayor. Diríase que toda la Villa es extroversión y grafismo. Cortes abrirá un paréntesis de dolor el Domingo de Ramos con una procesión de júbilo y lo cerrará el Domingo de Resurrección con una procesión de gloria. Hermanos, hace ya dos mil años, por los senderos que bajan hacia Jerusalén, desde la antigua Betania, empezaron a oírse aclamaciones y movimiento de gentío. Era Jesús, el célebre Nazareno, que veremos salir a las doce de la mañana de la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora del Rosario, y del que contaban prodigios y se decía que gustaba de rodearse de pobres, enfermos y, en general, de gentes sin viso alguno, para predicar una extraña doctrina de amor y de perfección. Momentos después, rodeado de sus discípulos, bajo los arcos tremolantes de las palmeras y el verdor gris de los olivos, Jesús sobre un pollino, símbolo de pobreza, entraba en la ciudad de la Torre Antonia. El Domingo de Ramos es el inicio de la Pasión del Señor. Diríase que es la entrega del Nazareno a su pueblo para que se cumplan las Escrituras y Jesús viene a marcamos y enseñarnos el camino de los misterios de Su Muerte y Resurrección. Noche del Miércoles Santo. Todo Cortes está en la calle, pues esta noche a las once sale Nuestro Padre Jesús atado a la columna. Allí, en los alrededores de la Iglesia me encuentro yo, como la mayoría de los años. Siento en mí un gran deseo de que el reloj del Ayuntamiento nos anuncie la salida. Y así es, pues se abren de par en par las grandes hojas de la Iglesia y comienzan a salir la Cruz de Guía, seguido de los hermanos penitentes con sus túnicas. Es la señal inequívoca de que el "Padre Jesús" está a punto de salir. De repente, y al son de las notas que nos caracterizan como españoles, aparece el grandioso y hermoso trono o paso del "Padre Jesús". Ese portento se pondrá en movimiento como un verdadero rompimiento de gloria sobre su magnífico paso. Y entre el olor a incienso, a cera derretida, el dulce nombre de Jesús, calará tanto en los presentes, que sus corazones parecerán querer salir de sus pechos y sentirán golpear en sus sienes y les calará el sudor aunque estén helados, y ni la tela de sus capirotes será capaz de ocultar tanta lágrima furtiva y el "Padre Jesús" aparecerá subiendo los difíciles escalones que le llevarán por la Calle Balcón. jSeñor, que arte!. Y a todos, al contemplarlo, nos parecerá un sueño. Mis recuerdos infantiles me llevan a ver a Ceferino, a José Ramírez ,a Jacinto, a Pecino y a mis primos Diego y Alonso portear tan maravillosa carga. Detrás, recuerdo a su Santísima Madre, magistralmente mecida por los hermanos Domínguez (Alonso, Antonio, Pedro y Paco) y su primo Antonio Oriols. Es noche del Jueves Santo en Cortes, y a las once campanadas arranca desde la Iglesia , para enfilar la calle San Sebastián, Nuestro Padre Jesús con la cruz a cuestas, acompañado esta vez por San Juan, María Magdalena y María de los Dolores, su madre. Es la procesión de las Tres Caídas, que antes, al llegar a la mitad de la calle Real se separaban para nuevamente encontrarse en la Plaza del Ayuntamiento. El silencio de la noche se rompe con las notas de su banda, y el paso de "Padre Jesús" nos presenta su punto más sublime, punto de más tensión, en el llamado "encuentro' entre Madre e Hijo Pero esta gran satisfacción desemboca en una triste imagen de verlo ya agonizante y casi muerto. Son momentos de pena y de dolor, de gran sufrimiento en la vida de una Madre. Madre e Hijo se contemplan frente a frente; a la señal del Hermano Mayor, ambos se inclinan tres veces en medio de un respetuoso silencio...El público aplaude y todo Cortes, con lágrimas en los ojos, contemplamos tan dramática escena. Momento único y preciso que eriza la piel del más insensible de los mortales. Nuevamente mi recuerdo busca la figura de Mariano y encuentra a su hijo Paco. Al medio día del Viernes Santo en Cortes, la campana dobla a muerto en el corazón de María Santísima de los Dolores, y hay un silencio exterior y oraciones por dentro, porque es mucho el dolor de la Señora. Huele a incienso, que va envolviendo a los pasos por los escalones que, con dificultades y mucho trabajo, llevarán a Cristo Crucificado a la .calle Alta, San Roque y una saeta allí es mucho más honda en el Viernes Santo cortesano. Silencio sepulcral en la Alameda del Guitarro, donde sus palmeras parecen ondularse, bajar sus hojas y sus palmas en señal de duelo y de respeto por la presencia de Cristo Crucificado; mis recuerdos infantiles me vuelven a traer a la memoria a Alonso, Diego, Claudio, Victoriano, Andrés, Jacinto, José y otros muchos más. Hoy, los veo cuando sus hijos continúan con la tradición. Y el paso de este Cristo saldrá y pasará por la calle de la Fuente , Ruiz Martínez, Marqués de Estella y por la calle Real volverá a la Parroquia. Nuevamente me llegan recuerdos infantiles, en esta procesión del medio día del, Viernes Santo, mi recuerdo en esta ocasión es hacia mi padre, me parece oir a mi hermano rogándole que no cante, que ayudado por alguna copita de más y animado por sus amigos Benito, Paco Núñez, Benigno o Gabriel entonaba una saeta, desde el Bar Sevilla o la Raspa. Es preciso, ante posturas acomodaticias, hoy tan en boga, ante las traiciones en pos de intereses materiales, tan frecuente en nuestros días, ante la cobardía que tanto impera, a la hora de la confesión y el testimonio, contemplar la figura de Cristo en la Cruz , porque entonces tendremos cabal idea del gesto de hombría que supuso su muerte; sin respetos humanos, a la vista del pueblo en redención, valiente, decidida, con toda su terrible realidad, sin concesiones ni recatos pueriles, sino como hombre que asume y defiende la plena responsabilidad de sus actos y sabe darlo todo por la nobleza de un ideal. Tarde de Viernes Santo en Cortes. iSilencio!. Emocionado silencio, pues Cristo ha muerto. Las notas de la banda de música, son lágrimas que se reflejan en el semblante de los cofrades que portan el Santo Entierro y se respira en la calle una angustia tremenda. Acompañan al Cristo muerto las damas de nuestro pueblo tocadas con peineta y mantilla; la Corporación Municipal que preside esta procesión" que va escoltada por la Guardia Civil y detrás su madre de luto, siempre María. Después de recorrer varias calles del pueblo y al terminar la calle Alcantarilla y enfilar la calle Real miré a nuestra Virgen enlutada, con el alma llena de dolor y luz de fe; la vi sola, angustiada y buena y en lo profundo de su gran angustia con mi alma me asomé. y de esta manera me dijo el sentido: ¡Esa no es entraña humana, qué humano amor ha perdido!. Es una madre soberana, con la faz de pena mustia, que Madre de Dios ha sido. Y hoy al ver su duelo santo, observé anegado en llanto, la base de su grandeza, causándome igual espanto su dolor y mi flaqueza. Si, la Virgen de las Angustias, que parece haya estado vigilando el sueño de su Divino Hijo en la Parroquia durante todo el año, el Viernes Santo saldrá tras El, acaso como empinada por encima de los candelabros para no perderlo de vista, aunque lo lleve yacente en sus brazos. Acaso apretando más sus dos brazos impacientes para que no se lo quiten de ellos. Acaso pareciendo que aunque lleve en los brazos o delante sin vida el amor de sus amores, su mirada desciende, resbalando por los varales de sus horquilleros, reflejándose en la mirada de los cofrades que la miran para bendecirlos, para ayudarles, para protegerles, para salvarlos, para comprender a tantas madres, de esas que la contemplan desde las aceras, y entre las que habrá algunas a las que la muerte les haya arrebatado un hijo, u otras que tanto suplican por la salud, por el bienestar o por la libertad de algún hijo, y que, como madre, ella mejor que nadie comprende. Y llegamos a la Soledad , ¡cuántos recuerdos de discusión y de competencia, cuando existían los Moraos y Coloraos por esta procesión!. Hoy es de todos, mejor. Todos acompañamos a María Soledad en su peregrinar por las calles San Sebastián y Real, buscando la Plaza para escuchar el sermón, en silencio, rezando, acompañándola en su dolor y Ella recogiendo el dolor de todas las madres Cortesanas. Miles de miradas están clavadas en la salida, la noche del Viernes Santo, hacia María Santísima de la Soledad. Todos los años que puedo me encuentro presente en esta maravillosa salida y en ese mismo instante no puedo resistirme y lanzo mi plegaria para Ella: ¡Dame tu mano María! ¡Dame tu mano Madre Buena Cortesana!. Clávame tus siete espadas en esta carne baldía, que quiero penar contigo por las calles de Cortes en esta noche negra e impía. Aquí en mi torpe mejilla, quiero ver si se retrata, esa lividez de plata, esa lágrima que brilla. Déjame Virgen de la Soledad , déjame que te restañe ese llanto cristalino, y a la vera del camino, déjame que te acompañe. Déjame que en lágrimas bañe la orla negra de tu manto, a los pies del árbol santo, donde tu fruto se mustia. ¡Capitana de la angustia, no quiero que sufras tanto!. Virgen de la Soledad escucha a las madres de mi pueblo y recoge sus plegarias en esta noche de Viernes Santo, fúnebre y sentida, mística y rabiosa, hondamente entristecida y ardientemente amorosa. Virgen de la Soledad , dame un poquito de esa pena, que quiero penar mi pena en la noche de Viernes Santo y te quiero dedicar esta poesía que leí tiempos ha Sí, quiero decir un nombre, Sobre todas las estrellas, y un llanto en plegaria Por la madre más excelsa; Sí, quiero decir custodia, y sagrario y firme senda y modelo de creyente y divina fortaleza; Si, quiero decir consuelo, y auxiliadora clemencia y causa de la alegría De los Cielos y la Tierra ; Sí quiero decir Bendita y si quiero decir Buena y si quiero decir Guapa y si quiero decir Reina, ¡Sólo digo Soledad, Cortesana y Malagueña! La Semana Santa de Cortes finaliza, como todas, el Domingo de Gloria. Gran fiesta, no sólo en esta Villa. Un día grande y pleno de alegría. La luz y el color del cielo, se diría son totalmente diferentes, mostrando y reflejando un azul muy especial y una luminosidad esplendorosa fuera de lo normal, alumbrando la salida de la Iglesia del paso en solitario del Santísimo Cristo Resucitado, para subir a las Camaretas con el esfuerzo de la mujer cortesana, mientras la banda entona el himno de nuestra Andalucía. El Santísimo Cristo Resucitado está ansioso por salir. En su semblante se divisa el triunfo rebosante de alegría. Un triunfo y una alegría que derrama y esparce con todo Cortes a su paso. ¡ Ya salió el Santísimo Cristo Resucitado y quisiera en este pregón del Domingo de Gloria, hablar un poco de la Resurrección , pero sin resaltar ni repetir lo que todos ya sabemos; en este caso, para que me ayude, me vais a permitir que me traiga de pregonero a San Pablo, y es él quien nos dice, sin rima, no la necesita, sin inflexiones de la voz, la cosa no requiere matices: -" SI CRISTO NO HUBIESE RESUCITADO, VANA SERÍA NUESTRA FÉ". Fijaos:"ESTARÍAMOS ADORANDO A UN MUERTO". También en este momento, os diría que la Resurrección es la piedra angular de nuestra fé, la cuaderna maestra de nuestras creencias. No podemos quedamos con un Cristo resucitado, vencido. No podemos ofrecer a los fieles, a los creyentes y a los que no lo son, como última referencia de nuestra Semana Santa, la imagen de un Cristo muerto en el interior de una urna donde . parece que todo acaba. Jesús cumplió la misión encomendada por el Padre, redimió al mundo con su pasión para, luego, resucitar glorioso, triunfante, pleno de gloria por las calles de Cortes. Ese Jesús al que invocamos, suplicamos, damos gracias, bendecimos y alabamos; ese Jesús en el que tenemos depositadas nuestras esperanzas de vida eterna. El Jesús que está sentado a la derecha del Padre. PREGÓN DE DESPEDIDA: El Pregón toca a su fin y antes de finalizar, quisiera y es mi deseo hacer una serie de consideraciones basadas en la gratitud, reconocimientos y una ultima de fervor mariano. Gratitud especial al Rvdo. Conciliario D. Fermín José Negre Moreno, al Hno. Mayor D. Antonio Gil Torres y a su Junta de Gobierno, por su amable invitación y sobre todo por vuestra confianza depositada en mi humilde persona para llevar a cabo el desarrollo y la promulgación del Pregón oficial de la Semana Santa de nuestro pueblo. Muchas gracias. Gracias también a todos los que amablemente aquí presentes me prestáis atención. Reconocimiento a todos los hermanos cofrades que un día nos dejaron para marchar a la Semana Santa del cielo, después de luchar y trabajar para que hoy podamos seguir disfrutando de ella, y como homenaje a todos nombraré a mi maestro y amigo Pedro Domínguez Oriols, que durante un cierto tiempo trabajó para que ésta no desapareciera. También un reconocimiento a todos los que con gran tesón seguís luchando por la Semana Santa de Cortes de una manera callada y silenciosa por el engrandecimiento de esta tradicional fiesta. Reconocimiento especial a los cofrades que sois el eje principal y que participáis para engrandecer, hermosear y hacer que nos entren mucho más por los ojos y por los sentidos. Felicitación a los que adornáis los pasos, a los que vestís a la Virgen , etc. Reconocimiento a la mujer Cortesana y en especial a las damas que se visten con la peineta y la mantilla en la procesión del Santo Entierro. Porque la gracia alada y femenina que ponen la peineta y la mantilla, resulta como una nota genuina en la honda religiosidad mística y fervorosa en la vida de Cortes, conmemorando el drama cruento y cristiano del Gólgota. Creo, que no existe poeta que no haya cantado y elogiado la peineta y la mantilla de la mujer andaluza. Se le han hecho ofrenda de los más bellos florilegios y esa continua exaltación de las prendas de tanta raigambre andaluza, han venido a acumular frases hechas, tópicos e imágenes quizás gastadas. Pero como todo lo bello son y serán eternas. Me atrevería a decir que hoy la peineta y la mantilla, acostumbradas a verla usar a las mujeres en solemnidades religiosas, tiene como expresión genuina todo el significado místico de estos días. El Negro y vaporoso encaje, blondo o tul, da a la tez blanca y fina dulzura; al rostro moreno , misterio en los ojos y no digamos nada cuando vemos una linda mantilla rematada por una corona de REINA DEL CIELO a la Virgen Cortesana y Buena hechas por mi vecino, compañero y amigo Diego Gómez Ramírez. ¡Gloria bendita adornando y embelleciendo su hermosísima cara! . Reconocimiento a los capataces de los pasos. Ellos son los prácticos seguros y certeros de mover y sacar los tronos por lugares casi imposibles y muy difíciles, donde los horquilleros soportan cada bajel y tienen sus ojos y sus oídos puestos en él. Porque el capataz de paso es un perfecto director de orquesta y en sus manos está la batuta y en su voz la sinfonía de la Hermandad. Reconocimiento a los hermanos horquilleros. Verdaderos cofrades de la Semana Santa , y como dice el Padre Cué: "El día que tu faltes dejará de ser tu Hermandad lo que es". Hombre que colocado en su varal se aferra a él para que descanse en sus hombros la pesada carga del paso, llevada más con el corazón. Reconocimiento a las mujeres penitentes, que colocadas con su cirio entre las manos, delante de los pasos, rezan calladamente, silenciosamente durante el recorrido. Diríase que realizan una penitencia callada, muda, que andan y se paran de vez en cuando para mirar a su Cristo y a su Virgen durante el desfile procesional. Reconocimiento a los músicos, a los que tenemos que agradecer su dedicación, arte y esfuerzo porque ello, tras un Cristo o una Virgen son los autores de la envoltura sensitiva de todo el ritmo y rito procesional. Si, ellos que rezan el Ave María cuando tocan el "Mater Mea" la Salve o el Padre Nuestro con el Cristo Crucificado. Ellos son también pregoneros, porque van pregonando en cada procesión/ desde los folios de las partituras, bajo la atinada y magistral batuta de su director, mi amigo y compañero de la Escuela Primaria Alonso Rodríguez Benítez. Reconocimiento, también, a las mujeres y los hombres que entonan una saeta al paso del Cristo o la Virgen. En sus coplas no sólo expresan lo que ellos sienten s¡-no el sentimiento de todo un pueblo. Aquí me viene a la memoria aquellas saetas, que siendo niño, escuché desde la casa de mi Titi o del balcón de mi casa, a aquel buen cantaor que fue Pepe el de María de los Ángeles. Reconocimiento al trabajo que todos y cada uno habéis aportado para hacer realidad esa magnífica exposición que nos habéis ofrecido este año. y cómo no despedir este pregón sin poner de nuevo en mis labios y en los vuestros los nombres de Cristo y María Santísima. Yo quisiera y sería mi gran deseo poderlos traer aquí en vivo. Si a Cristo y a María para esta despedida y decirle: A Ti Señor, por todos los sufrimientos, dolores, martirios, azotes, corona de espinas y tu crucifixión, dando tu vida por la redención del mundo. Tu que escrutas en el corazón de los hombres, de todos tus hijos de Cortes, danos la paz, sin tregua. toda la paz y la vida, especialmente en ese trozo de España tan castigado por el terrorismo. Danos, también, la salud en el trabajo durante nuestra estancia en 'la tierra para todos los hijos de este pueblo, y especialmente para aquellos que un día tuvieron que emigrar. Y a ti, María, te diría: Perdonad Señora que el Pregón no haya sido más completo. Tú lo mereces de más inspiradas palabras que las que yo he pronunciado, de más altos elogios, de más encendidos fervores. Pero pensad, Señora, que a diario en el Altar tienes la Oración , el Elogio y la Fe de la gente sencilla que te ama: Tu Cortes. Escuchar Madre Buena Cortesana, a quien quisiera que Tú que no tienes más palio que el cordial trono de amor de tus hijos cortesanos, forma esa luz de claridades no mentidas, que la Hermandad de Cortes necesita todos los años. Recibid pues Cristo y María el Homenaje de esta tierra vuestra, rociada de vuestras húmedas lágrimas, para que de verdad seáis desde ahora Rey y Reina indiscutible de Cortes de la Frontera , villa penitente y dolorosa. y ante tu paso Señora, rezamos de emoción y de gozo ya que todos los habitantes de esta villa sabemos que en ti María no se agotará en el Mundo la fuente de generosidad y de entrega y encontraremos en Ti y en tu Divino Hijo, nuestro refugio, nuestro amparo, sus mercedes y nuestra salud. También encontraremos nuestros remedios y la luz de la devoción de esta villa, devoción que enardece al sólo influjo de tu nombre: María. Finalmente os diría a todos que cuando llegue ese momento único y preciso de tener que abandonar la procesión de esta vida y teniéndola ahora ante nuestros ojos, toda resplandeciente y con su sonrisa de Madre Buena Cortesana a la Virgen , digámosle con el corazón de un hijo arrepentido: "MADRE, AHORA QUIERO QUE ME MIREN ESOS OJOS CORTESANOS QUE YO QUIERO". Muchas gracias. |