PREGÓN DE SEMANA SANTA 2021

 

Pregonero: D. Godofredo Checa Rivera

 

Cortes de la Frontera, 26 de marzo de 2021


Buenas noches.

“En primer lugar, dar las gracias a Auxi y seguidamente, saludar a los aquí presentes, así como agradecer a Pepe Sevilla por confiar en mí, para realizar este Pregón de Semana Santa 2020, que tanto me honra, desde este ambón, junto al Sagrario y ante Nuestra Señora que nos cuida.

Así es como debía de haber empezado mi pregón el pasado día 03 de abril de 2020”.

Para mí, no fue un día triste, fue un día de reflexión, para coger fuerzas este año y agradecido por las muestras de cariño recibido.

Preparando música para el Domingo de Ramos, hablando con Pepe de ese día.

En la que hay que recordar a todos aquellos que nos han dejado, más de cien mil personas, con sus nombres y apellidos; familias que han perdido a sus seres queridos, en la gran mayoría de las ocasiones, sin tener la posibilidad de poder despedirse de ellos como les hubiera gustado pero que con las restricciones no hubo esa posibilidad.

Por eso, como tienen nombre y apellidos, me gustaría recordar a las tres víctimas por la COVID-19 de nuestra localidad: María Dolores Morales Gutiérrez, Francisco Gil Valle y Sebastian Rodríguez Herrera,para que no sean una mera estadística del DoctorSimón.

Así como recordar a todos los demás que en este día no nos pueden acompañar al no encontrarse entre nosotros.

Seguidamente, saludar a las Autoridades presentes,a nuestro Párroco y finalmente a mi familia.

Espero no hacerme corto ni extenderme en demasía.

Quien me conoce, sabe que soy de pocas palabras, pero las pocas que digo las digo de verdad.

Deseando, que éste Pregón sea de vuestro agrado.

El discurso de este año, lo he tenido que modificar,añadir más que otra cosa; por el motivo que ya todos conocemos.

Además de contar mi sentimiento en la celebración de la Semana Santa que vivo desde que llegué a Cortes de la Frontera, en la primera parte quiero hacer saber, que seáis participes de los sentimientos que afloraban.

Fueron días duros para todos y aún hoy lo son, lo que pasa es que nos hemos mal acostumbrado.

Instantes en los que al estar encerrado en casa y saber las horas, los días, los momentos; cerraba los ojos y mi mente me trasladaba a los recuerdos que me llevaban a vivirlo.

En esta época de Cuaresma y Pascua, se nos añadió una Penitencia, en la cual nos tuvimos que recluir en nuestros domicilios para evitar esta Pandemia.

Cuando empezó aquel confinamiento, nuestro Párroco nos envió al grupo que tenemos los Catequistas el Salmo 90: A la sombra del Omnipotente.

Donde dice “Al amparo del Altísimo no temo el espanto nocturno”.

Donde se expresa perfectamente la situación actual que vivimos.

Igualmente, en esos días, para poder oír la Eucaristía,tenía que ser a través de la Televisión, el pasado domingo 22 marzo de 2020, Domingo Lautaro, el Salmo, “El Señor es mi Pastor, nada me falta”, Me guía por el sendero justo, / por el honor de su nombre.

Aunque camine por cañadas oscuras, / nada temo, porque tú vas conmigo: / tu vara y tu cayado me sosiegan; este Salmo para mí, lo expreso por los que estamos luchando por y para que todo esto acabe desde nuestras distintas responsabilidades y con el sufrimiento de tener que obligar a confinarnos y hacer cumplir las medidas e intentar evitar la propagación de éste “espanto”.

Desde aquí agradecer a todas las personas que desde el primer día están cumpliendo solidariamente para batir al peor de los enemigos, el que no se ve.

Debemos y tenemos que ser conscientes de que la situación actual nos obliga a relacionarnos lo mínimo posible, con nuestra familia, con nuestros amigos, pero no nos obliga, a que nosotros, durante estos días nos demos cuenta y comprendamos que son días de penitencia, de pensar, de abstención.

Debemos y tenemos que celebrar desde su llegada hasta su Resurrección, que sí, que no vamos ha tener las procesiones para resaltar nuestra Penitencia y Fe pero que seguro que Él, desde el cielo lo comprende.

Que el encierro que sufrimos el año pasado haya servido para aumentar nuestra Credo.

El año pasado, al saber que no podría hacer éste Pregón, al despertar el Domingo de Ramos, cogí un cuadernillo, donde empecé la anotación de todo lo que viví y sentí.

Empecé a recordar y anotar lo que percibía, lo que hicimos en familia, dibujos con los niños, poner música Procesional en la terraza, oír a nuestro Párroco hablar por la megafonía municipal y decir que se repartirán Ramos al día siguiente en colaboración con el Ayuntamiento.

Gran iniciativa para que siguiésemos manteniendo nuestros valores y tradiciones.

Hablando con mis hijos de la semana que vamos a vivir,viendo a vecinos adornando sus casas.

Que para el Domingo, aunque estemos en casa hay que estar arreglado, porque queramos o no, es la llegada de Jesús,que aún sabiendo que morirá clavado al madero, Él viene a nosotros.

Fue un gran día de exaltación.

Durante estos días tuve que trabajar, comprobando como tras casi un mes confinados, aún hay gente insolidaria con los demás, tomándose estos momentos que vivimos como si no existiera, complicando nuestro trabajo y el de todos los que se están sacrificando, por y para los demás; como los sanitarios, Protección Civil, F.A.S, etc...

Aún a día de hoy, sigue habiéndolos.

Viendo como para el martes 07 de abril de 2020, iban ya por 13.798 fallecidos.

Subiendo la cifra día tras día, teniendo que pensar y hacer deporte para evadirme del día a día.

El miércoles 08, después de hacer las tareas diarias,leemos en familia la Palabra de Dios.

Día que recuerda la traición de Judas, el día que se entrega a un inocente,el cual sabe su destino.

Habría salido el paso de “Jesús Atado a su Columna”. Momento en el que siendo consciente de cual iba ha ser su final, sabiendo que entregaría su vida.

Torturado, vejado… en ese día 14.555 ya habían entregado la suya, solo desear que todos ellos, su sufrimiento sea aliviado al saber que están junto a Él.

Que les alivie ese Calvario, el sufrimiento de la soledad de una cama donde se llegó a decidir si vives o no, sin la compañía de la mano de un ser querido, sin la posibilidad de recibir la Extrema Unción.

Por eso es importante la Fe, no solamente durante estos días, sino todos los días.

Ya que tenemos la Esperanza de que iremos junto a Él.

Jueves día 09. “Las Tres Caidas”.

Procesión que escenifica, además del sufrimiento por cargar la Cruz en su Pasión hacía el Gólgota, representa, la carga de nuestros pecados, por dejarlo sufrir un juicio injusto, por la traición de Judas, por la de aquellos que pidieron la libertad de un criminal, porque no entendieron, por que temieron su palabra.

Día en el que lavó los pies a sus Apóstoles, demostrando que es igual a todos.

Día de pensamientos, en el que se une el conocimiento de la pérdida de más vidas, de compañeros y profesionales de la sanidad que han entregado la suya.

Que ejemplo dan a la sociedad.

Retumban los aplausos de los vecinos a los Sanitarios, suena “El Guadalquivir”, puesta por mi vecino José Antonio, dedicándosela a Manuel Camacho.

Cerrando los ojos e imaginándome como si estuviera presente durante el paso, cuando portan el trono y lo llevan en presencia de todo Cortes en la Plaza del Ayuntamiento para representar las tres veces que cae el Hijo de Dios portando la Cruz.

Siento el olor a incienso, el frio, el silencio de la congregación allí reunida, los aplausos una vez que se realiza en agradecimiento a tan gran esfuerzo.

Sensación que me hace salir de casa durante el encierro.

Finaliza el día, conociendo que ya vamos por 15.238 fallecidos.

Viernes, 10. Día cambiante, lo mismo llueve que hace sol.

15.843, que pena.

Conozco de amigos y familiares que lo están sufriendo.

A mi mente vienen:“El Crucificado”, “El Santo Entierro” y “La Soledad”.

Día en el que todo el gentío sale a la calle; las mujeres vistiendo de Mantilla y desde aquí, desde mi terraza,solo se ve silencio.

Roto por un ladrido, por mis hijos jugando y el trino de las aves.

Hoy trabajando me dice mi hermano: He sacado al perro y no veas como se nota el canto de los pájaros, la Naturaleza está ganando terreno.

Sus palabras contrastan los recuerdos que uno tiene de éste día.

Día en el que me engalano.

Hoy tengo que acompañarlo.

Hoy Él no puede quedar solo.

Por eso sé, tengo el convencimiento, que Él no ha abandonado a los que nos han dejado hasta hoy. Él los acompaña, dándoles la mano, guiándoles hacía la luz de la nueva vida.

Seguro que se los Ángeles que el ha elegido para guiarlos en estos tristes momentos, Ángeles que visten el uniforme de color verde con su sobrero de charol.

Que en vida nos guardan y allá junto a Él, no cejan en el empeño.

Hoy sería el día que los que estamos aquí te acompañamos, te honramos.

Intentando mantener el paso y la compostura, porque el recuerdo de todos los compañeros perdidos, me encoje el corazón.

No hay que olvidarlos, con su recuerdo siempre presente.

Día en el que las estrofas de “La muerte no es el final” cobran un mayor sentido.

A las 19:00 horas pondré música de los Servitas.

Sábado 11.

Hoy día de trabajo, compra para ocho o diez días, comer y al tajo.

Esperando a finalizar y que lleguen las 00:00 y poder oír de nuevo la megafonía con la Palabra de nuestro Párroco.

Llega la hora, suenan los altavoces, ya es Domingo 12.

Cerrando los ojos y uno se imagina frente al Rosario,a la gente joven portando su trono, con paso acelerado…

¡¡¡Jesús ha Resucitado!!!.

Hoy día grande, recuerdo y hablo con mis hijos sobre éste día.

Día de su victoria frente a la muerte.

Viendo con mi hija la “Pasión de Cristo”, donde se refleja el sufrimiento, la traición, eld olor pero también el amor, la Fe, la obediencia,esperanza… El perdón.

Hoy es cuando todo lo bueno gana a todo lo malo. El día, en el que todo Cristiano sabe que la muerte no es su final, sino el inicio de una nueva vida, una nueva aventura de la cual somos todos partícipes desde que nos unimos a esta familia en el Bautismo.

Asi fue como viví, como sentí la Semana Santa 2020.

Esperando que a los presentes os haya llevado en vuestros pensamientos a esos días.

El día 20 de enero de 2001, hace ya más de veinte años que llegué a Cortes de la Frontera.

En mi primera Semana Santa aquí, llevando pocas semanas, el Sargento Paco me dice: - Poli, ¿qué haces esta tarde?.

- Mi Sargento, dormir.

Esta noche entramos de servicio.

- Pues te coges el uniforme de bonito, tricornio, camisa y guantes blancos y te vienes, que aquí la Guardia Civil sale en Procesión con el Santo Entierro.

Aquel día quedó marcado a fuego en mi alma.

Siempre he escoltado junto a su imagen, salvo en las ocasiones en las que el servicio o familiares me lo han impedido.

En ese día conocí a José Ramírez, en su semblante se notaba satisfacción por nuestra presencia.

El mismo gesto que han mostrado todos los Hermanos Mayores, al igual que José; Antonio Gil, Paco Barroso,Chani Casillas, Pepe, esperando nuestra presencia.

Como Polilla que soy, para mí, la Semana Santa, siempre ha estado muy vinculada.

Primero por mis padres, que desde pequeño me han educado en la Fe Cristiana, siendo Monaguillo en Misa y las procesiones; de oír a mis familiares de Lorca, que si unos eran de los “coloraos”, otros de los “moraos” o los “blancos”; mi abuelo llevándome a ver los Tronos de Málaga y después en la Academia, con el gran paso que escolta la Guardia Civil en Málaga “La Expiración”.

Donde los Guardias Jóvenes, los Polillas procesionan.

Y me dije, si en Málaga salimos los Guardias Civiles y aquí existe esta tradición… esto no se puede perder.

Instando a todos los compañeros a participar; con mayor o menor fortuna.

No solamente por todo lo anteriormente dicho, también por representación, por los estatutos de la Hermandad pero sobre todo, por sentimiento.

Sentimiento por una tradición que no se debe y no se tiene que perder.

Una tradición que da comienzo con el inicio de la Cuaresma el Miércoles de Ceniza, continuando con la presentación del Cartel, con este acto, el Domingo de Ramos en su entrada triunfal con “La Pollinica”, hasta el culmen de la misma, Victorioso sobre la muerte con su Resurrección en “El Resucitado”, que portan los más jóvenes y que hay que correr porque van como balas.

Recordar la portada del Cartel del año pasado con “Padre Jesús”, en representaciones como “Jesús Atado a su Columna”, visión de saberse traicionado, injustamente juzgado y condenado, fustigado, herido y humillado con la Corona de Espinos.

Viviendo con sentimiento tan importante que encoje el pecho, como “Las Tres Caídas”, tan vinculada a una parte de mi familia que portan su trono.

Siendo éste año una imagen de María Santísima de los Dolores.

Donde se siente el dolor desgarrador de María viendo el sufrimiento de su hijo en el Vía Crucis, imagen del dolor hasta el Monte Calvario, donde fue crucificado y ultrajado, incluso una vez Expirado.

“La Soledad”, donde el saber de la pérdida de un hijo, sigue siendo indescriptible.

Igualmente al observar la devoción en todas las representaciones de la Pasión de Nuestro Señor, con esta Hermandad, que se desvive en ella, desde su Hermano Mayor hasta el último de sus componentes, adornando y engalanando sus tronos.

El aroma del incienso y el sonido de la Banda de Música, acompañando en los recorridos con sus notas al viento, practicadas durante el año.

Y volviendo ha recordar a aquellos que ya no se encuentran entre nosotros y que disfrutaban de estos momentos.

En el paso del “Santo Entierro”, para mí, es su máximo exponente.

Donde el paso de su sepulcro lleva el silencio y reflexión personal de cada uno ante su presencia, sonando únicamente notas de tristeza.

Trono que castiga al costalero más moderno y al más antiguo.

Unos por novicios, otros por penitencia al saber ya del sufrimiento de su carga pero que año tras año, portan con orgullo.

Los Capataces, preocupados en todo momento: giros, estrechuras, paradas, pendientes, los infantes con las horquillas, toques… atención máxima y nervios contenidos; desde el inicio hasta el fin.

Que se lo digan por ejemplo a Pedro Becerra o a Ignacio Peralta.

Pendientes en todo momento al cielo, para que el llanto de la lluvia no estropee el lamento que desgarra el corazón a su paso; La Saeta, observada en su canto por la Luna Llena que se erige en el cielo.

Una tradición que nos hace ver y recordar, como Él, entregó conscientemente, lo más grande, lo más sagrado que el ser humano tiene, que es dar la vida por los demás.

Acto de Sacrificio, del cual, Él es su principal ejemplo… Y quien mejor que la Guardia Civil para ello. Quienes mejor, que aquellos, que por desgracia en esta sociedad, estamos acostumbrados a acompañar a quienes han entregado su vida por los demás.

¡¡¡Qué buenos ángeles has encontrado!!!.

Recordar especialmente en estos días, a quienes llevan su palabra por el mundo, su Luz.

A quienes sufren su persecución por el mero hecho de seguir a Cristo.

Que al igual que Él entregan su vida por la Fe.

En un acto de valentía máxima, que hay que recordar, honrar.

Que, durante su ejercicio en las misiones en algunos lugares del planeta, se les arrebata cruelmente la existencia.

Obligándoles mediante torturas a apostatar y no consiguiendo el objetivo de romper su Fe.

Siendo marcadas sus puertas, sus fachadas con el símbolo que dice que siguen al Nazareno.

Señalados por quienes quieren exterminarlos.

Gran viaje de reconocimiento – en este mes de marzo – a los Cristianos de Irak por parte del Santo Padre, apoyando a quienes donde seguir la Fe de Cristo se juegan la vida.

En esa zona del mundo, es donde te la juegas realmente por vivir la Fe.

No debemos de avergonzarnos de lo que somos ni de dónde venimos.

Aún hay quien se sorprende cuando se enteran y les digo con orgullo mí labor como Catequista.

Tenemos que pedir, que al igual que respetamos, se nos respete.

Que al igual que a otras creencias se les felicita en sus fechas señaladas -no pido que no se haga-,a los Cristianos se nos permita vivir estos días con tranquilidad, recogimiento y respeto.

Gracias por vuestra atención, espero que haya sido de vuestro agrado y que el Señor os guarde.

Buenas noches. Cortes de la Frontera (Málaga), a 26 de marzo de 2021. Godofredo Checa Rivera.


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